Las autoras de cómic siempre estuvieron allí

En ‘Viñetaria: historia universal de las autoras de cómic’, Elisa McCausland y Diego Salgado aportan un cuidado estudio sobre las historietistas y sus creaciones a lo largo de la historia y la geografía

‘Aya’, de Marguerite Abouet, muestra la vida cotidiana de mujeres de Costa de Marfil

1985. Dos mujeres que pasean juntas llegan a la puerta de un cine. Una le propone a la otra entrar y ver una peli. En la entrada del cine se ven algunos carteles que recuerdan a Conan el Bárbaro, Rocky, Rambo. La otra mujer contesta que solo ve películas que cumplan tres reglas: en ellas salen por lo menos dos mujeres con nombre propio, las dos mujeres hablan entre ellas y la conversación no trata sobre un hombre. La primera mujer dice que es una buena idea, aunque un poco estricta. Y la segunda replica que la última película que ha podido ver según esa regla ha sido Alien, el octavo pasajero (1979), en la que las dos mujeres de la peli hablaban sobre el monstruo. Al final, las dos se marchan a casa sin ver ninguna película.

Esta escena, origen del test de Bedchel para medir la brecha de género en el cine, pertenece a la tira cómica Unas bolleras de cuidado de la multipremiada historietista norteamericana Alison Bechdel, creadora, entre otras obras, de Fun Home, novela gráfica autobiográfica sobre la homosexualidad de su padre y sobre su propio lesbianismo.

Viñetaria escarba en los márgenes y grietas creativas, sin olvidar a aquellas creadoras que dentro del sector oficial trabajaron en temáticas asignadas por la sociedad como “femeninas”

¿Qué resultados tendría el test que ideó Bedchel si se aplicara al mismo medio que lo vio nacer? Elisa McCausland y Diego Salgado se han encargado de poner el foco en las artistas de cómic y en sus creaciones a lo largo de la historia y la geografía en Viñetaria: historia universal de las autoras de cómic (Ediciones Cátedra). Un cuidado estudio sin precedentes que demuestra que las historietistas siempre han estado presentes en el cómic, aunque, una vez más, su labor haya quedado en la sombra en muchas ocasiones.

Como manifestación artística ligada a la cultura de masas, el cómic refleja los deseos, contradicciones y desigualdades de una estructura capitalista que está imbricada en el mismo proceso de creación y que se ve amplificada por la industria cultural que transforma la obra en producto de consumo. En este contexto, el papel de las creadoras y trabajadoras del sector del cómic se ha visto históricamente mediatizado en pos de un canon eminentemente masculino, que, sin embargo, no ha podido frenar una diversidad artística que ha aprovechado la libertad de los márgenes y las grietas del sistema para la creación de obras que ponen en primer plano a las mujeres, hasta lograr colarse en lo mainstream, en consonancia con una cultura popular que ha absorbido cierta visión feminista y la ha puesto de moda, replanteando el canon.

Viñetaria: Historia universal de las autoras de cómic repasa la historia del cómic desde una perspectiva feminista, escarbando en los márgenes y grietas creativas, pero sin olvidar a aquellas creadoras que dentro del sector oficial trabajaron bajo un sistema binario definido por el género, desarrollando temáticas asignadas por la sociedad como “femeninas” durante mucho tiempo (romances e historias infantiles), y en el que lograron, no obstante, dejar su impronta y cuestionar ciertos estereotipos.

::Pasa en Carabanchel::

Vivimos una época muy prolífica para las autoras de cómic. Ana Penyas, ganó el Premio Nacional de Cómic en 2018 y Cristina Durán en 2019

También rastrea la presencia de autoras en geografías muy diversas, situando su trabajo en un marco social, cultural y laboral que no en pocas ocasiones ha sido o sigue siendo muy restrictivo. Porque, si bien el papel de las historietistas en Occidente ha estado marcado por factores sociopolíticos de género como las distintas olas feministas, hay otras partes del mundo o contextos históricos en las que las luchas sociales de las mujeres se centran en cuestiones de subsistencia y derechos básicos constitucionales.

Por las más de quinientas páginas de Viñetarias asoman innumerables artistas entre las que podemos destacar algunos nombres como pequeña muestra de un paisaje tan exuberante: la ya nombrada Alison Bechdel y su predecesora Trina Robbins, pionera del cómic undergroundMarjorie Henderson Buell, la creadora de La pequeña Lulú, icono protofeminista; June Tarpé Mills, que dibujó y guionizó Miss Fury, primera historieta sobre una heroína creada por una mujer y recopilada por Timely, futura Marvel Comics (no, no hay película de Miss Fury); el clan Marston, familia poliamorosa que creó a Wonder Woman, personaje en el que inocularon sus valores revolucionarios; Rumiko Takahishi, mangaka que juega con una visión flexible de la identidad en Ranma ½, cuya protagonista cambia de género cada vez que se moja en el agua; la guionista Marguerite Abouet, que muestra en Aya de Yopougon el día a día en su país, Costa de Marfil, alejándose de los imaginarios occidentales sobre una África de guerras y hambrunas; la historietista iraní exiliada en Suiza Parsua Bashi

Viñetarias dedica dos extensos capítulos a las artistas del mundo del cómic español, tan marcado por el conservadurismo hasta hace solo unas décadas. Las pocas mujeres que se dedicaban al cómic, gracias siempre a una posición social desahogada, solían trabajar en cabeceras dirigidas a niñas y adolescentes. Sin embargo, algunas superaron el encasillamiento y la precariedad del medio publicando en otros países, como es el caso de Purita Campos o Trini Tinturé. No es hasta la década de los ochenta del pasado siglo que podemos encontrar a historietistas que reflexionan sobre qué es ser mujer en la época de transición que viven, como Núria Pompeia o Marika Vila.

Actualmente vivimos una época muy prolífica para las autoras de cómic. Son publicadas por grandes y medianas editoriales y podemos encontrarlas también en blogs y redes sociales. Apuestan por una variedad de géneros, como la novela gráfica (Carla Berrocal, Susanna Martín, Ana Penyas, quien ganó el Premio Nacional de Cómic en 2018 con Estamos todas bien, y Cristina Durán, que lo ganó el año siguiente con Día 3, con guion de Miguel Ángel Giner Bou), el young adult (como Natacha Bustos, que ha creado la cabecera de Marvel Comics Moon Girl y Dinosaurio Diabólico en la que promueve las vocaciones científicas entre las chicas) o la tira cómica (Flavita Banana, Raquel Gu o Ana Belén Rivero).

El tándem creativo compuesto por Elisa McCausland y Diego Salgado es reincidente en el estudio de la intersección entre feminismo y cultura pop. Además de Viñetarias: Historia universal de las autoras de cómic, han publicado conjuntamente los ensayos Supenovas: Una historia feminista de la ciencia ficción audiovisualSueños y fábulas: Historia de Vértigo (sobre el sello editorial Vertigo, de DC Comics) y Beso negro: Brujería, cine y cultura pop. Elisa McCausland, por su parte, ha profundizado en la vinculación del feminismo con el cómic en Wonder Woman: el feminismo como superpoder. Los podéis escuchar a ambos en el pódcast Trincheras de la cultura pop.

Fuente:  Ana Belén Herrera de la Cruz en pikaramagazine.com

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