Pablo González: 11 meses de secuestro legal en condiciones inhumanas

El periodista español que lleva encarcelado desde febrero de 2022 asegura que desde el principio se le mantiene bajo la categoría de recluso peligroso y que por ello está siendo tratado con procedimientos denigrantes

La Oficina del Defensor del Pueblo polaco confirmó ayer viernes 27 de enero, haber recibido una queja sobre las condiciones inhumanas en las que se mantiene en detención preventiva al periodista vasco Pablo González.

En la queja, dirigida al Defensor del Pueblo polaco y a la que han tenido acceso diversas agencias de informativas, Pablo González indica que desde el principio se le mantiene bajo la categoría de recluso peligroso.

Según González, por su estatus de recluso peligroso está siendo tratado con procedimientos denigrantes.

Así, escribe que le esposan las manos cada vez que va a salir de su celda, incluso en presencia de su abogado y durante las llamadas telefónicas, y es objeto de frecuentes registros de su celda, que está vigilada 24 horas al día, siete días a la semana.

González señala que asignarle la condición de preso peligroso carece de fundamento, ya que «no se han producido hechos que justifiquen dicho trato», según escribe en su denuncia.

El periodista apunta que, en 2012, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo dictaminó que Polonia asignaba con demasiada frecuencia y de forma precipitada el estatus de recluso peligroso.

En su escrito, González denuncia problemas en su celda, como que las ventanas están cubiertas con papel de aluminio que impide la entrada de luz natural y que tiene una circulación de aire limitada debido a la ventana cerrada.

«La imposibilidad de abrir la ventana provoca la acumulación de humedad y, como consecuencia, se forma moho en las paredes. Estoy encerrado en una celda sin ventilación. En verano, el plástico pegado al cristal y la falta de ventilación provocan un efecto sauna», explica.

Indica, además, que el estrés, el aislamiento y su situación poco clara, a la que se suman una alimentación insuficiente en la cárcel, le han causado una importante pérdida de peso y un deterioro de su salud.

«Después de haber pasado meses en estas condiciones, dudo que salga del centro de detención en un buen estado de salud», escribe.

La comunicación de González también sigue limitada: salvo una visita de dos horas que recibió en noviembre, el periodista solo puede llamar a su abogado y enviar y recibir cartas, que se retrasan; además, su correspondencia es revisada y copiada.

González remitió su caso en septiembre también al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Once meses desde su detención

El periodista fue detenido la noche del 27 al 28 de febrero del año pasado en Przemyl, donde estaba cubriendo la crisis de refugiados en la frontera polaco-ucraniana, tras el inicio de la agresión rusa a Ucrania.

La detención fue llevada a cabo por la Agencia de Seguridad Interior (ABW), el servicio de contrainteligencia polaco, que acusa a González de actividades de espionaje para la inteligencia militar rusa GRU.

González fue detenido inicialmente por tres meses, pero desde entonces la detención se ha ido prorrogando y está previsto que concluya el 23 de febrero, lo que significará que habrá pasado al menos un año privado de libertad.

El caso de González ha llamado la atención de numerosas instituciones internacionales.

Así, en noviembre, Antoine Bernard, responsable de la sección internacional de Reporteros sin Fronteras, pidió a la justicia polaca y al Fiscal General, Zbigniew Ziobro, que no solicitaran nuevas prórrogas de la detención de González.

¿Dónde están las garantías de DERECHO de un estado europeo?
#DerechosHumanos #LibertadDeComunicación #FreePablo #PabloGonzálezLibertad #PavelAskatu

Fuente: Agencia Mp3. LQSomos en loquesomos.org

Fuente: Iñaki Alrui Miembro del Colectivo LQSomos en loquesomos.org

11 meses de secuestro legal

Hoy, 28 enero de 2023, se cumplen once meses de la detención, mejor definirla como secuestro, del periodista Pablo González Yagüe.

Su última aparición pública, fue el 26 de febrero 2022, con su reportaje desde la estación de Przemysl (Polonia), sobre la masiva llegada de refugiados ucranianos y como estaban siendo acogidos, la guerra solo llevaba horas en activo, pero la crisis humanitaria ya empezaba a ser desbordante en los pasos fronterizos entre Polonia y Ucrania. En la presentación de la crónica, desde Madrid, el presentador de la Sexta presenta a Pablo González como SU enviado especial… que lástima que después de la detención de Pablo González, la cadena de Atresmedia, se haya olvidado por completo de SU enviado especial.

Su última crónica periodística aparecería en el diario Público a última hora del domingo 27 de febrero 2022, “Un resquicio al diálogo se abre paso en medio de la amenaza nuclear rusa y el avance de la guerra…”
Su último mensaje en redes sociales seria pocos minutos después del inicio del día 28, en el siguiente tuit:

A primeras horas de la mañana del lunes 28 de febrero 2022, seria detenido por el estado polaco. Así lo haría saber públicamente su abogado, Gonzalo Boye a través de una red social:

Desde ese momento se iniciaría el calvario para Pablo, un periodista independiente que ejercía la Libertad de Información desde la primera línea del conflicto recién iniciado.

El resto de esta tan desagradable como surrealista historia la hemos ido contando en estas mismas páginas, clic aquí, en una sección dedicada más que hacer un seguimiento informativo de su situación, algo donde hay poco que rascar, a denunciar su secuestro, tal como hemos querido definirlo, y volvemos a repetir: 23 horas al día en una celda sin luz natural, la otra hora es un paseo en un patio de 7 m2, prácticamente sin comunicación con el exterior, esposado cada vez que sale de su celda, ya sea para hablar por teléfono (muy pocas veces) o para entrevistarse con el equipo jurídico que lleva su caso en Polonia. Clasificado como “preso peligroso” desde el primer día, estas son sus condiciones de vida desde hace once meses. Las condiciones de este encierro han hecho que la cárcel de Radom sea renombrada como el “Guantánamo” de Polonia, prisión en la que queda claro que no le tienen detenido y si secuestrado, pues se violan de forma constantes sus derechos, y para más desaire no hace falta recordar que es un ciudadano de la Unión Europea que tiene decenas de acuerdos comunes en materia de Derechos Humanos y protocolos jurídicos, con Pablo se lo han saltado todo ¡Europa es una vergüenza!

La otra parte ante esta situación es el gobierno español, quien se limita protocolariamente a la visita consular a la cárcel, y del que desconocemos ninguna iniciativa más en favor del cumplimiento de los Derechos Humanos, de la aplicación de los acuerdos europeos, de un mínimo de empatía por un ciudadano de este país contra el que la única acusación que sabemos, sin NINGUNA prueba, es “ser un agente de la GRU (la inteligencia militar rusa)”. Once meses después las ¿contundentes y clarísimas? pruebas que afirmaba tener el estado polaco contra Pablo siguen sin aparecer, ni expuestas ni comunicadas, todo lo que sabemos sigue recogido en una escueta nota de prensa del gobierno polaco, del 4 de marzo del pasado año, un día después de que la Sala II de lo Penal del Tribunal Regional de Rzeszów (Polonia) emitiese un auto de prisión provisional contra Pablo González, y que desde entonces se ha ido prorrogando.

La próxima revisión judicial de su caso será el próximo 23 de febrero, y la verdad no hay ningún motivo para pensar que aparezca la cordura ante esta barbaridad tan desagradable como surrealista, y con más motivo, triste, si tenemos en cuenta la locura guerrera por la que avanza la Unión Europea. En este año de conflicto bélico hemos conocido situaciones y actitudes políticas impensables en febrero de 2022, una deriva irracional que avanza desmedida con un cada día a más, similitudes.

Vamos camino del año de secuestro y sigue llamando la atención el (NO) seguimiento de los medios de comunicación sobre esta violación al Derecho a la Información, o mejor definirlo como silencio mediático. Puede sonar a tópico, pero es muy ocurrente para definir la bajeza periodística que vivimos: si a Pablo González le hubieran detenido en Venezuela, Cuba, China, Corea del Norte o Rusia, no habría día que no fuera noticia en los informativos, columna en periódicos, crónica en radios, de protestas diplomáticas, de visitas de estado… pero a Pablo le han detenido en Polonia, un país que desde el inicio del conflicto bélico ha pasado de ser criticado por sus socios europeos a estar bendecido por la hipócrita política común.

Hay excepciones informativas, como es, en general, el tratamiento informativo que le está dedicando la prensa de Euskal Herria, algunos medios de Catalunya o el diario Público, poco más.

Seguimos y seguiremos: desde los medios como esta Web y otros de la llamada contrainformación o prensa alternativa seguiremos denunciando y defendiendo a nuestro compañero Pablo González, conscientes de ser pequeños cayucos en medio de un Océano lleno de Transatlánticos de la desinformación ¡Navegamos!

¿Dónde están las garantías de DERECHO de un estado europeo?
#DerechosHumanos #LibertadDeComunicación #FreePablo #PabloGonzálezLibertad #PavelAskatu

Fuente: Iñaki Alrui Miembro del Colectivo LQSomos en loquesomos.org

También podría interesarte