Continuamos nuestro periplo por las estaciones de la red de Metro y nos paramos en una muy vecinal y deseada
La historia de Carabanchel Alto está profundamente arraigada en la historia de Madrid. Antiguamente, esta zona era un pequeño pueblo situado en las afueras de la ciudad. Con el paso de los años, el desarrollo urbano fue transformando el paisaje y la llegada del suburbano, en diciembre de 2006, dio respuesta a una demanda vecinal de más de 20 años para que el distrito se integrara en el resto de la ciudad. Supuso un paso definitivo hacia la modernización, mejorando las conexiones del barrio y potenciando su desarrollo económico y social.
Por otro lado, la iniciativa de incluir un elemento ornamental en esta estación surgió de los propios vecinos que, a través de su asociación, quisieron rendir un homenaje “a todos aquellos vecinos que hicieron posible un barrio mejor”, como reza la inscripción del mural en el que finalmente se materializó la idea. Es obra de Moisés Ruano y consiste en un relieve realizado en acero que simboliza, a modo de metáfora, el trabajo de los habitantes de Carabanchel, cuyas manos están representadas por vigas unidas por bridas que también recuerdan las formas de las casas del barrio. Junto a ellas, cinco árboles recuerdan el bienestar de las zonas verdes en los barrios urbanos.
Carabanchel Alto, más allá de su funcionalidad, cuenta con una arquitectura moderna y accesible. Diseñada con líneas limpias y amplios espacios, está pensada para ofrecer una experiencia cómoda a sus usuarios. Además, está equipada con ascensores y accesos adaptados, lo que garantiza la accesibilidad para todas las personas, independientemente de su movilidad.
Tiene con servicio de Bibliometro que permite a los usuarios el préstamo de libros.
Fuente: metromadrid.es