Aseguran que no se trata de un aumento de casos de COVID-19, sino de pacientes crónicos que no reciben la atención que necesitan y acaban por empeorar y acudir al hospital de urgencia
56 pacientes en una sala de 18 camas. 27 pacientes en otra de 12 camas. Personas enfermas en «doble fila» en los pasillos. Esa fue la situación que se vivió el pasado martes 14 de diciembre en las Urgencias del Hospital La Paz, en Madrid, según han denunciado un grupo de trabajadores de los servicios de Urgencias y Emergencias de Madrid en lucha.
Un estado de «hacinamiento» que volvió a repetirse el miércoles 15 de diciembre. Como se puede apreciar en las fotos a las que ha tenido acceso lamarea.com, los pacientes se agolpan en los pasillos del hospital y en habitaciones masificadas en las que no hay espacio entre unas camas y otras.
Desde La Paz, aseguran a lamarea.com que se trata de «un pico puntual de presión asistencial» y, aunque afirman que «los pacientes están recibiendo la atención adecuada», están valorando tomar medidas adicionales «para agilizar los ingresos y relajar la presión». Según explican, «muchos de estos pacientes son mayores de 85 años con infecciones respiratorias que se descompensan debido a la propia edad y porque además tienen otras patologías».
Guillén del Barrio, enfermero de las Urgencias de La Paz y delegado del Movimiento Asambleario de Trabajadoras-es de Sanidad (MATS), denuncia que el problema viene derivado del cierre de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria en Madrid: «Lleva un año y medio cerrado y cada vez está más claro que lo quieren cerrar definitivamente«, se queja. Este sanitario asegura que el SUAP atendía a medio millón de personas al año, el mismo número de pacientes que atendían las Urgencias del Hospital La Paz, y que «acaban por repartirse por los hospitales».
La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, en respuesta a las preguntas de este medio, explica que los Servicios de Urgencias de Atención Primaria «se mantienen cerrados debido a la incidencia de casos y a la imposibilidad de asegurar la organización de dos circuitos diferenciados» para la atención de pacientes COVID y del resto.
Del Barrio detalla que el hacinamiento no se debe al aumento de casos de COVID-19: «La falta de recursos humanos en los centros de salud supone que los pacientes crónicos no reciben todo el seguimiento que necesitan, empeoran y acaban viniendo al hospital. Estamos viendo casos llamativos de pacientes con tumores muy graves que, como no han podido acudir a su médico cuando lo necesitaban, vienen al hospital con tipos de cáncer muy avanzado«.
La Comunidad de Madrid decide despedir a más personal
A finales de noviembre, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso (PP) anunció que no les iba a renovar el contrato a 7.500 trabajadores y trabajadoras de la sanidad. Son los conocidos como ‘contratos COVID‘, personas que han sido empleadas para hacer frente a la pandemia y que ahora vuelven al paro. El Sindicato de Enfermería en Madrid (SATSE) consideraba una “grave irresponsabilidad” que la Consejería de Sanidad haya decidido no renovar al 65% de los y las enfermeras con este tipo de contratos y denunciaba que existe «un déficit crónico de plantillas«.
Ante esta situación, el Movimiento Asambleario de Trabajadores-as de Sanidad (MATS) convocó a principios de diciembre una concentración en la Puerta Principal del Hospital Ramón y Cajal para denunciar unos despidos que consideran que «van a desangrar la sanidad».,
La Comunidad de Madrid alcanzó un récord sanitario a principios de noviembre: por primera vez, medio millón de pacientes se encontraban en lista de espera para tener una cita con su especialista en la región. A ello hay que sumarle más de 150.000 personas que esperan una primera prueba diagnóstiva y casi 100.000 que tienen concertada una operación en el futuro.
Fuente: Dani Domínguez en lamarea.com
Foto Portada: Urgencias del hospital La Paz (Madrid)