Este lunes se celebrará el primer debate desde 2015 entre los dos candidatos con más opciones de llegar a la Moncloa y el único en el que participará el candidato de la derecha ante el intento de los socialistas de convertirlos en el gran revulsivo de la campaña
El plan en el número 13 de la calle de Génova de Madrid es simple: exponer lo menos posible a su candidato en las elecciones del 23 de julio, y confiar en que las ocho semanas que separan el 28M del 23J pasen lo más rápido posible, sin sobresaltos y en mitad del ambiente festivo que reina en la derecha tras el triunfo de las municipales y autonómicas. Por eso la decisión era intentar esquivar cualquier debate electoral que amenazara a Alberto Núñez Feijóo con un desgaste innecesario, a la vista del viento favorable de las encuestas. Hasta que el PSOE le puso una pequeña trampa, y el propio Feijóo tropezó.
“Espero al señor Feijóo el próximo lunes”, dijo Pedro Sánchez el pasado 5 de junio, durante su intervención en el acto ‘Fondos Europeos III: España, por el liderazgo global en economía verde y digital’ organizado por elDiario.es, y en el que propuso hasta seis cara a cara con el candidato opositor. Uno por cada una de las semanas desde ahí hasta las elecciones.
“Cuando uno está ansioso y quiere desviar la atención, hace excentricidades”, se limitó a sacudirse la propuesta el portavoz del PP, Borja Sémper. Pero el PSOE ya había logrado meter en la agenda mediática la idea de que Sánchez apostaba por los debates, mientras Feijóo los rehuía.
El presidente del Gobierno cogió así con el pie cambiado a los ‘populares’, que han ido a remolque durante toda la precampaña en la discusión sobre los debates. Al día siguiente de la propuesta de Sánchez, Feijóo concedió una entrevista en Onda Cero. Durante casi ocho minutos el periodista Carlos Alsina repreguntó hasta en seis ocasiones al líder del PP por su disposición o no a aceptar al menos un ‘cara a cara’ con el presidente del Gobierno.
Tras muchos balones fuera, el líder del PP, casi sin margen, accedió a comprometerse: “Va a haber un cara a cara entre el señor Sánchez y yo”. Y ahí se fueron al traste los planes de Génova.
Ese compromiso público en la radio generalista de Atresmedia se concretó en el cara a cara de este lunes en ese grupo de comunicación. Una cita que será única en la campaña, porque Feijóo ha rechazado participar en cualquier otro tipo de debate ni formato parecido en la televisión pública o en otros medios. No estará, de hecho, en el debate a cuatro organizado por RTVE, y que sí contará con las asistencias confirmadas de Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal.
Lo previsto es, por tanto, que ese día el atril del político gallego se quede vacío, como ya ocurrió en 2015 con Mariano Rajoy y un debate ‘a cuatro’ (con Pablo Iglesias y Albert Rivera, además de Sánchez) organizado por ‘El País’. La diferencia es que el entonces líder del PP era el presidente del Gobierno, no el aspirante. Además, ese año hubo dos debates iguales, y al segundo, el de RTVE, el PP sí mandó a alguien: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
En 2019 no hubo ‘cara a cara’, Sánchez no quiso dar esa oportunidad a Pablo Casado, pero sí se celebraron debates ‘a cinco’, esta vez ya con Santiago Abascal como invitado, además de diferentes debates radiofónicos.
En la Moncloa han vestido en esta ocasión al presidente del Gobierno con el traje de aspirante, tras las debacle del 28M y con todas las encuestas apuntando a una victoria de la derecha en las urnas el 23J. Pero en las filas del PSOE se muestran convencidos de que el ‘cara a cara’ supondrá un punto de inflexión en la campaña para remontar los dos o tres puntos que según su demoscopia le separan del PP.
Los socialistas asumen que Sánchez tiene el papel de “claro favorito” en el cuerpo a cuerpo con Feijóo, tal y como quedó demostrado, opinan, en cada uno de los choques parlamentarios en el Senado.
“Preparando datos y argumentos con mi equipo para los debates electorales. La democracia consiste en contrastar propuestas y proyectos con transparencia”, publicó el Sánchez en sus redes sociales junto a una foto con las ministras Nadia Calviño, Félix Bolaños, José Luis Escrivá, María Jesús Montero, Teresa Ribera y el jefe de gabinete de la presidencia, Óscar López.
La imagen fue criticada por Génova. El número tres, Elías Bendodo, consideró intolerable que esa reunión de trabajo fuese organizada por el jefe del Ejecutivo en la sede de la Presidencia del Gobierno.
Con una campaña electoral sin apenas mítines ni actos de partidos, que se han sustituido en gran medida por entrevistas en ‘prime time’ y participación del candidato socialista en formatos de entretenimiento no estrictamente informativos, la agenda de Pedro Sánchez quedó completamente despejada durante el fin de semana para la preparación a conciencia del debate del lunes.
En Ferraz le otorgan un peso decisivo al resultado del ‘cara a cara’, y sostienen que si, como esperan, se impone con rotundidad a su contrincante, la cuenta atrás hacia el 23J se le puede “hacer muy larga” a un Feijóo que, en su opinión, “ya da síntomas de ir arrastrando los pies conforme pierde terreno en las encuestas”.
Ese entusiasmo de los socialistas con la cita en Atresmedia de este lunes por la noche no es compartido en la dirección del PP. Génova no da tanta relevancia al debate, y considera que la apuesta del PSOE por este hito de la campaña demuestra que su candidato está en una posición mucho mejor para ganar el 23J.
El PP ha optado por una estrategia conservadora, que evite los fallos que se han sucedido tras el 28M. Feijóo solo ha aceptado un ‘cara a cara’ con Sánchez, en Atresmedia. Por el camino, ha rechazado sendos debates ‘a cuatro’ (con Sumar y Vox) en RTVE y el Grupo Prisa. El primero se celebrará y, salvo cambio de última hora, con el atril del candidato del PP vacío. El segundo se ha desconvocado tras la negativa de Vox a acudir “por problemas de agenda”.
En la extrema derecha se dan por satisfechos con un único debate en el que su candidato se mostrará como el representante de la “alternativa” al bloque progresista. En el PP aseguran que no les molesta esa imagen de Sánchez y Díaz contra Abascal, pero algunas voces reconocen que hubieran querido que Abascal también se hubiera apeado del debate de RTVE para que el líder del Vox no quede como el único que va a representar el papel de oposición.
En Génova confían por salvar los muebles en el cara a cara de Atresmedia y que la cita posterior de RTVE quede, en cierta forma, descafeinada.
El político gallego llegó a la presidencia del PP muy convencido de sí mismo. En septiembre de 2022 retó a Pedro Sánchez a debatir con él en el Senado, algo que el presidente no solo asumió, sino que ha acudido en reiteradas ocasiones a la Cámara Alta a rendir cuentas. Muy por encima que cualquier otro presidente en democracia.
No ha pasado un año y el aspirante busca en campaña confrontar lo menos posible con el candidato a la reelección y los representantes de los principales partidos. Los intentos epistolares de la dirección del PP de convertir sus ‘noes’ en un rechazo de Sánchez a compartir plató con EH Bildu y ERC han fracasado, una prueba de que la estrategia de Feijóo de insistir en lo que funcionó en mayo no garantiza el triunfo ahora.
Fuente: José Enrique Monrosi / Aitor Riveiro en eldiario.es