El consumo de las familias, la inversión de las empresas y las exportaciones resisten el daño de la inflación en 2022 por las medidas de choque del Gobierno y la Unión Europea, la menor precariedad en el mercado de trabajo, la mayor importancia de actividades con más valor añadido y la recuperación del turismo
“Nos dirigimos a una profundísima crisis económica”. El catastrofismo del líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, y del resto de la derecha de nuestro país durante los últimos meses ha chocado una y otra vez con la realidad de los datos. Este viernes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) avanzó que la economía española creció un 5,5% en 2022 y que, incluso, evitó la contracción Producto Interior Bruto (PIB) en el cuarto trimestre, pese al daño inevitable de la inflación al consumo de las familias y a la inversión de las empresas.
La resistencia de la economía ha tumbado todos los augurios de recesión, sorprendiendo incluso a las estimaciones más recientes, como el 5,3% que calculó el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace apenas una semana.
El Gobierno se aferra ahora a su objetivo del 2,1% de crecimiento económico en 2023 porque los factores más negativos se han matizado, como ocurre con la caída del precio de la energía o con la menor debilidad de algunos de los principales socios comerciales. Eso sí, con la excepción de la amenaza de las subidas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y el endurecimiento de las condiciones de financiación que implican.
Tanto esta previsión del 2,1% para el próximo ejercicio como el avance del PIB de España en 2022 lideran el crecimiento de las principales economías de la eurozona. Y en nivel, el PIB está ya a menos de un punto de completar la recuperación del shock de la pandemia. Una reconstrucción que ya consiguieron Alemania, Francia o Italia hace meses, debido a que sufrieron un golpe menos profundo en 2020 por el menor peso del turismo y de los servicios en general.
Las claves del crecimiento económico
Precisamente, las claves de la resistencia de la economía pasan en primer lugar por el momento más intenso de la recuperación que atravesaba España cuando Rusia decidió invadir Ucrania, a finales de febrero del año pasado, y desencadenar una histórica crisis de inflación. 2022 era el ejercicio del turismo tras las restricciones existentes desde 2020, y la guerra lo complicó todo, pero no impidió una llegada masiva de turistas.
“Gran parte del crecimiento [en 2022 en conjunto] tuvo lugar en el segundo trimestre, punto en el que la economía se benefició en mayor medida del desvanecimiento de la pandemia y la recuperación del sector turístico. A partir del tercer trimestre, el crecimiento se moderó sustancialmente ante el impacto del aumento de la inflación y el incremento de los tipos de interés”, explica el equipo de economistas de Caixabank Research.
El turismo fue el motor de la extraordinaria aportación de 2,6 puntos al crecimiento económico del sector exterior durante el año pasado. Pero los expertos insisten en destacar la fortaleza de otras exportaciones de nuestro país, con productos y servicios de elevado valor añadido que han ganado peso durante los últimos años, como los productos químicos, entre los que se encuentran los medicamentos, servicios de consultoría, el material informático y electrónico o el vestido y el calzado.
De esta manera, España cerró 2022 con la balanza por cuenta corriente en positivo (la diferencia entre las exportaciones, incluido el turismo, y las importaciones respecto al PIB) por undécimo año consecutivo. Y ocurrió pese a la histórica escalada de la factura energética (por la subida del petróleo, el gas…).
Esta fortaleza es muestra de la transformación de la economía desde la Gran Crisis Financiera de 2008. Y en esta crisis de inflación supone un puntal importante para la resiliencia del crecimiento.
Caída del precio de la energía
El abaratamiento de las importaciones por la caída de los precios de la energía en los mercados internacionales salvó el crecimiento en el cuarto trimestre del año, cuando se contrajeron el consumo de las familias, por el daño de las subidas de precios, al poder adquisitivo,y la inversión de las empresas, por el aumento de los costes.
Hasta la recta final del año, el gasto de los hogares había resistido gracias al exceso de ahorro acumulado durante la pandemia, a las medidas de choque del Gobierno (el tope al gas, el descuento a los carburantes o en el transporte público, las bajadas de impuestos a la energía, el incremento del IMV…) y al dique de contención que ha supuesto el mercado de trabajo.
La inflación ha mordido la renta de las familias, pero por primera vez una crisis no ha supuesto una gran destrucción de empleo, sino que se han creado puestos de trabajo y más que nunca en sectores tecnológicos. Además, el Gobierno de coalición destaca la menor precariedad y temporalidad tras la reforma laboral de 2021, crucial para favorecer decisiones de compra o de inversión. Así, el consumo a lo largo de 2022 aumentó algo más de un 4%. Y se prevé que vuelva a crecer en 2023.
Mientras, las empresas también se han aprovechado de las medidas del gobierno para aliviar la escalada de la energía (el mecanismo ibérico o tope al gas ha rebajado una tercera parte de la subida de electricidad, según cálculos del Gobierno), de las ayudas directas y del despliegue del Plan de Recuperación, que según calcula el propio Ejecutivo aportó 1,2 puntos al crecimiento del PIB el año pasado.
La inversión se elevó alrededor de un 4% el año pasado, destacando y, de nuevo como muestra de los cambios estructurales de la economía española, la inversión en activos inmateriales (propiedad intelectual), de mayor valor añadido y menos intensivos en deuda que sectores protagonistas del pasado como la construcción.
“La inercia positiva de 2022 y los fondos europeos ayudarán a no caer en recesión e incluso existe la posibilidad de que el año que viene termine siendo mejor de lo esperado”, observa el equipo de investigadores del Real Instituto Elcano. “Las medidas desplegadas por las autoridades para hacer frente a la crisis energética y al repunte de la inflación proporcionarían un cierto apoyo a la actividad durante los primeros meses del próximo año [la más complicada]. A partir de la primavera, la actividad recobrará un dinamismo creciente”, añade el Banco de España.
Subidas de salarios
La CEOE se resiste a destacar estos aspectos y en su valoración de los datos publicados por el INE se centró este viernes en que “de cara a 2023 los riesgos siguen siendo a la baja. El impacto de la subida de los tipos de interés sobre el consumo e inversión de familias y empresas, la alta inflación y la situación de las finanzas públicas, junto al panorama geopolítico, configuran, entre otros factores, un escenario que puede lastrar la actividad y el empleo”.
“Los datos son siempre mejores de lo que se pronostica, lo que es un síntoma de fortaleza”, responden desde el Ministerio de Asuntos Económicos. Aunque el equipo de la vicepresidenta primera Nadia Calviño admite “el entorno de elevada incertidumbre” y que “será necesaria mucha actividad de la política económica”.
El Gobierno defiende que una de sus prioridades es apoyar un pacto de mejora de los salarios para que los trabajadores recuperen la capacidad de compra, aunque esta negociación entre sindicatos y patronal a nivel general permanece estancada, y se está peleando empresa por empresa, y también está pendiente la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), para la que ya hay reuniones convocadas la próxima semana.
La inflación
La inflación volverá a ser clave en 2023 en la evolución general de la economía. Y en nuestro país la expectativa es que continúe la senda de moderación de los últimos meses –España cerró 2022 como el país de la eurozona con la menor inflación– y se mantenga en niveles más bajos que en el resto de la eurozona. “Para los próximos meses, es de esperar que la moderación de las presiones inflacionistas prosiga, lo que debería facilitar que se consolide la incipiente mejora de la confianza del consumo, muy lastrada hasta la fecha”, inciden en Caixabank.
La estrategia del propio BCE de asfixiar la economía con los aumentos de los tipos de interés para luchar contra las subidas de precios es uno de los principales obstáculos para el crecimiento. El encarecimiento de las hipotecas y del resto de los préstamos ya se nota en la demanda de crédito.
El Gobierno se agarra a otros cambios fundamentales de la economía española, como son el coste históricamente bajo de la deuda tras años de políticas monetarias expansivas y la reducción del endeudamiento privado, tanto de familias como de la empresas.
Fuente: Daniel Yebra en eldiario.es
Foto: Pool Moncloa
La prensa internacional se hace eco del crecimiento por encima de lo previsto de la economía española
Agencias de referencia como Reuters o Bloomberg y medios como Financial Times o Le Figaro han informado del aumento en un 5,5% del PIB español, un dato que ha superado las previsiones
Varias de las grandes cabeceras internacionales han informado este viernes de los buenos datos económicos españoles publicados hoy por el INE y que registran un crecimiento del PIB de un 5,5% a lo largo del 2022, una cifra que ha superado las expectativas tanto de los analistas como las del propio gobierno de Sánchez.
Agencias de referencia como Reuters o Bloomberg y medios como Financial Times o Le Figaro se han hecho eco de estos resultados, publicados días antes de que lo hagan el resto de economías de la Unión Europea. Sin embargo, a la espera de conocer la situación del resto de los países de la región, los expertos ya se atreven a señalar que es “probable que a España le vaya mejor que a las otras grandes economías de la eurozona”, como ha expresado Melanie Debono, economista consultada por el Financial Times.
Los datos favorables del último trimestre del año también han captado la atención de la prensa. En este sentido, Bloomberg, que destaca que los datos de crecimiento respaldan al Gobierno en el inicio de un año marcado por unos comicios en los que el jefe del Ejecutivo opta a la reelección, indica como que crecimiento del 0,2% de estos meses ha superado el pronóstico promedio del 0,1% que calculaban los economistas consultados por esta agencia.
La previsión para este trimestre era también del 0,1%, según los economistas consultados por Reuters, mientras que la cifra prevista por los analistas consultados por esta agencia para todo el año era del 2,2%, una previsión que la economía española ha superado en más de tres puntos en 2022.
Desde Reuters destacan como España “ha evitado una recesión en el último trimestre a pesar de los temores de una desaceleración global”, como se esperaba que ocurriera por el fuerte crecimiento de la inflación que afecta a toda Europa desde que comenzó la guerra de Ucrania.
La agencia de noticias explica que en este contexto es el gasto público ha ayudado a impulsar “la economía a lo largo del último trimestre, compensando la contracción del consumo privado y permitiendo a España registrar un séptimo trimestre consecutivo de crecimiento”.
Los analistas ensalzan el crecimiento del PIB que “confirma que España evitará una recesión”, si bien señalan el retroceso del 1,8% en el consumo privado causado por el aumento de la inflación como un elemento a tener en cuenta. Frente a ello, esperan que el uso de los Fondos Europeos pueda seguir conteniendo los precios, en un contexto en el que España es el país que más ha reducido la inflación en la eurozona, y que nuestro país “mantenga un crecimiento moderado”.
Fuente: El Rastreador en eldiario.es