En septiembre, situación sanitaria crítica en Madrid: centros de salud cerrados por las tardes y bajo mínimos

El CS Numancia, en Vallecas, permanece cerrado algunas tardes por la ausencia de médicos, mientras los trabajadores del CS de Carabanchel Alto elevan una denuncia ante la Inspección laboral, con retrasos en la atención desde el 21 de julio

Finalizaba mayo cuando la filtración de un plan de contingencia para los centros de salud de la zona centro de Madrid sobrevolaba el espacio público, abriendo la posibilidad al cierre de 41 ambulatorios y despegando la protesta a los puertas de algunos de ellos y llegando a la sede de la Gerencia de la Atención Primaria que fue ocupada para arrancar la promesa de que no se llevaría a cabo este plan de cierres.

Si bien este plan no se ha materializado, el verano de los centros de salud ha venido marcado por la ausencia de médicos y médicas que, en algunos casos, ha llevado hasta los extremos de cerrar tramos horarios por no poder atender a la población. Es el caso del CS Numancia, que ha pasado el mes de agosto con cierres alternos de las tardes, ya que, de los ocho médicos en plantilla, sólo permanecía uno en su puesto. Y comienza septiembre mientras el escenario no ha cambiado, tal y como indican los sucesivos carteles que van colgando en la puerta.

“El Centro de Salud de Numancia desde que empezaron las vacaciones de agosto, y coincidiendo con que hay numerosas bajas por distintos problemas físicos y suponemos que, sobre todo, depresión psicológica de desborde de la asistencia que tienen los médicos de familia, hay bastantes días en los que no hay médico de familia en el turno de tarde”, explica a El Salto Ángel Navarro, portavoz del Sindicato Asambleario de Sanidad (SAS). “Todo esto —prosigue— debido a que no se ponen suplencias”.

“Parece ser que en algún momento ha habido algún problema porque se ha presentado alguna urgencia y no había médico de familia para atender. Por eso dejan un médico en la sombra para asistir urgencias”

Esta situación, que continúa en septiembre, ha llevado a los profesionales a buscar estrategias para poder tratar, al menos las urgencias. “Parece ser que en algún momento ha habido algún problema porque se ha presentado una urgencia y no había médico de familia para atender. Por eso dejan un médico en la sombra que no tiene las citaciones habituales, pero está trabajando en el centro y si llega una urgencia hace la cobertura para que no quede desasistida.  Y, bueno, no saben cuándo se va a solucionar”, explica Navarro.

Ana Ceballos, médica de atención primaria del centro e integrante del sindicato médico AMYTS, asegura que “este verano ha sido el peor”. Agotada y sobrecargada, atiende a El Salto entre cita y cita y explica que, además de la ausencia de médicos por la tarde “tampoco hay pediatras por Lo que hay que ver también a niños”. “No se puede seguir haciendo el trabajo de 16 médicos y tres pediatras si solo estamos la mitad. Todo esto hace que estemos todos alterados y viendo que como sigamos así acabaremos como los que se han dado de baja”, alerta.

“No se puede seguir haciendo el trabajo de 16 médicos y tres pediatras si solo estamos la mitad. Todo esto hace que estemos todos alterados y viendo que como sigamos así acabaremos como los que se han dado de baja”

A finales de agosto del año pasado, y tal y como informaba El Salto, este centro de salud vivió otro escenario de caos, ante la aparición de un brote de coronavirus seguido de la inacción de Salud Laboral de la Consejería de Sanidad, quienes se resistían a cerrar el ambulatorio para su desinfección pese a la detección de hasta ocho casos entre el personal sanitario, con un goteo desde mediados de agosto.

Denuncia ante inspección laboral

“Actualmente desde julio de los 11 que deberíamos estar estamos dos por la mañana y dos por la tarde, atendiendo en el domicilio, las urgencias, intentando atender las cosas importantes porque hay mucha demora ahora mismo en los especialistas y en las pruebas médicas”, expresa Susana Calvo, médica del CS Carabanchel Alto, donde AMYTS ha puesto una denuncia ante inspección laboral por la situación de colapso. “Aunque el centro parece vacío, detrás de cada puerta se están atendiendo más de 300 consultas al día, tenemos atrasos que llegan al 21-22 de julio y ya no damos más de sí”, sentencia esta trabajadora.

“Aunque el centro parece vacío, detrás de cada puerta se están atendiendo más de 300 consultas al día, tenemos atrasos que llegan al 21-22 de julio y ya no damos más de sí”

Con esta denuncia, emitida este 2 de septiembre, AMYTS pretende que, de cara a proteger la seguridad y la salud de los trabajadores, el organismo realice una visita presencial y una evaluación de riesgos psicosociales en dicho centro. “La Gerencia de Atención Primaria es conocedora de esta pésima realidad tal y como le hemos trasladado: tras varios días no ha habido ni respuesta ni solución alguna por su parte”, aseguran.

“¿Cómo se puede atender a una población asignada de más de 20.000 personas con apenas dos médicos de Familia por la mañana y dos por la tarde?”, se preguntan desde este sindicato mientras añaden que esto solo es una muestra más de cómo la Atención Primaria en Madrid “está completamente abandonada” y, aseguran, se ha contabilizado una ausencia de hasta el 40% de médicos durante el verano. Situación que no parece mejorar de cara al otoño.

Cierres de agendas por las tardes

Maribel  Giráldez, médica del CS de Fátima y miembro del grupo coordinador de la Plataforma de CS de Madrid indica que el cierre de agendas médicas por las tardes está siendo una constante durante este verano. Habla de completo desastre en la gestión y agobio para los profesionales. “La Consejería, preocupada y asustada por la filtración del documento de posible cierres de centros de salud por la carencia de médicos, ha hecho todo lo posible por no cerrar ninguno de los centros. No han cerrado la puerta, pero sí se han quedado cerradas las agendas de médicos sobre todo en los turnos de tarde, de forma que la atención presencial de estos pacientes han tenido que desplazarse a otros centros de salud”, explica.

“El año pasado fueron las agendas de médicos del Centro de Salud de Abrantes las que se cerraron y los pacientes se desplazaban a Carabanchel Alto, y este año se han cerrado las de Carabanchel Alto y los pacientes se desplazan a Abrantes. Una curiosa manera de vestir a un santo desnudando a otro”

“Curiosamente han hecho cambios, se supone que para no enfadar más a la población. El año pasado fueron las agendas de médicos del Centro de Salud de Abrantes las que se cerraron y los pacientes se desplazaban a Carabanchel Alto, y este año se han cerrado las de Carabanchel Alto y los pacientes se desplazan a Abrantes. Una curiosa manera de vestir a un santo desnudando a otro”, ilustra esta médica de familia.

Y, ante la falta de suplencias, los médicos y médicas se autogestionan como pueden. “En los centros los médicos nos repartimos los pacientes de los profesionales que no están presentes o bien por vacaciones, o bien por bajas prolongadas o bien porque sus plazas no están cubiertas y eso está haciendo que aunque la incidencia del covid esté bajando sigamos teniendo agendas de 40-50 pacientes cada día y sobre todo los turnos de tarde están absolutamente agobiados porque siempre es mucho más difícil cubrir las ausencias. Aunque los compañeros de la mañana intentamos doblar por la tarde para cubrir esta situación”, concluye.
Fuente: Sara Plaza Casares en elsaltodiario.com
Fotos del Montaje: mapeandoporcarabanchelalto.blogspot.com

SATSE: – El Sindicato de Enfermería reclama un Plan de Acción, claro, concreto y realista para solucionar un problema que ya es crítico y que se puede cronificar en el tiempo. Son necesarias más enfermeras/os, enfermeras/os especialistas y fisioterapeutas para mantener el Sermas funcionando correctamente. La realidad es que las enfermeras/os no quieren trabajar en el Sermas por sus malas condiciones laborales, profesionales y retributivas. Lo que falta es voluntad política para llevar a cabo mejoras que permitan su fidelización.

Faltan enfermeras y las que prestan su labor en el Sermas y en la AMAS están abandonando la Comunidad de Madrid por la precariedad y la ausencia de respuesta a sus problemas por la Administración Sanitaria y del propio Gobierno regional.

“Muchas enfermeras, enfermeras especialistas y fisioterapeutas están renunciando a sus empleos por sentirse desprotegidas ante la situación que se está viviendo en los últimos años en la Comunidad de Madrid y el Gobierno no está poniendo ninguna alternativa para solventarlo”, explican desde SATSE Madrid que se muestra “muy preocupado” por la situación.

En los últimos meses, desde SATSE Madrid se ha denunciado la precariedad de las contrataciones, con más de 1.000 contratos en la actualidad sin cubrir. La respuesta de la Consejería de Sanidad ha sido cerrar plantas y consultas de Enfermería por no encontrar personal que quiera trabajar en la Sanidad Pública madrileña. Lo más grave es que, además, hay un gran abandono de enfermeras que no quiere trabajar en el Sermas o en la AMAS por sus malas condiciones laborales, profesionales y retributivas. La precariedad se ha instalado en un sistema sanitario público que hasta no hace mucho era modélico y que ahora ‘hace aguas’ por casi todos lados”, comentan.

“Durante todo el verano hemos visto profesionales con más pacientes a su cargo de los recomendados por los organismos nacionales e internacionales, Urgencias bloqueadas y saturadas por la falta de profesionales y espacio y consultas de Enfermería que se han tenido que cerrar por no tener al profesional necesario para atenderlas”, denuncian desde el Sindicato de Enfermería. Esto no es ‘optimizar’ la atención sanitaria sino generar estrés y ansiedad en unos profesionales que se consideran olvidados por un Gobierno regional al que no le importa cuál es la realidad que se vive en los centros.

“Es imprescindible llegar a un consenso entre profesionales y Gobierno para poner en marcha un Plan de Acción que impida, por ejemplo, que enfermeras/os, enfermeras/os especialistas y fisioterapeutas prefieran abandonar su profesión o la región antes que seguir soportando la precariedad que sufren en sus puestos de trabajo en el Sermas y/o AMAS”, explican desde SATSE Madrid.

“No debe normalizarse, continúan, que enfermeras/os con un puesto de trabajo fijo, dejen la profesión o se trasladen a otras Comunidades por no soportar la situación que sufren en Madrid. Muchas se sienten ninguneadas, abandonadas por el Gobierno regional y no ven soluciones a una situación que se prolonga ya demasiado en el tiempo”.

Recordar que la Comunidad de Madrid es la región española con menos enfermeras por 1.000 habitantes, que sus retribuciones están entre las más bajas de todo el Estado y que la presión que soportan, tanto sus hospitales como centros de salud o residencias públicas, es de las más elevadas de toda España.

Fuente: satse.es

Ampliación @carabanchelnet

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