- El Gobierno municipal de Madrid está trasladando la falsa idea de que el aire de la ciudad de la capital es buena y que ya no es necesario hacer mucho más para mejorarla, algo que desmienten categóricamente todos los estudios.
- Los datos de mortalidad que se han conocido esta semana en el informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente muestran que aún estamos muy lejos de tener un aire saludable.
- El Ayuntamiento de Madrid se fija solo en un contaminante, el dióxido de nitrógeno, que este año va a cumplir los límites marcados por la antigua directiva europea, aunque no los de la nueva, al tiempo que ignora que otro contaminante, el ozono, está aumentando muy por encima de los límites que marca la legislación.
El Ayuntamiento de Madrid acaba de anunciar unas prórrogas y excepciones a las medidas fijadas en las ordenanzas municipales que rigen las zonas de bajas emisiones (ZBE) de la capital. Al mismo tiempo, trasmite la falsa y triunfalista idea de que ya tenemos un aire poco contaminado y es posible retrasar y relajar las medidas necesarias para mejorarlo.
Pero la realidad es muy diferente. Este pasado martes, 10 de diciembre, se hizo público el último estudio de la Agencia Europea de Medio Ambiente, AEMA, “Health and environment impacts of air pollution exposure remain high across Europe” donde, con datos de 2022, se concluye que la mortalidad prematura en la Comunidad de Madrid a causa de los diferentes contaminantes atmosféricos sigue siendo altísima. Este estudio, calcula que cada año fallecen prematuramente en la región madrileña 2.535 personas a causa de las partículas más finas, 1.802 personas por el dióxido de nitrógeno, y 1.046 por el ozono troposférico. Es decir, un total de 5.383 personas, de las que más de la mitad corresponden a la capital. La calidad del aire sigue siendo el principal problema de salud ambiental y estas cifras no se pueden dejar de lado cuando planteamos relajaciones de la normativa.
La implantación de las ZBE no es una medida caprichosa sino una obligación derivada de la Ley de Cambio Climático, de una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea y de la protección constitucional de los derechos a la salud, al medio ambiente y en última instancia a la vida. Estos derechos deben prevalecer sobre cualquier supuesto derecho a desplazarse en vehículos contaminantes.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Madrid siempre pone el énfasis en el contaminante que más ha mejorado, el dióxido de nitrógeno, pero evita hablar del ozono troposférico, que este año 2024 ha alcanzado sus peores datos de los últimos años, superando en 2024 en 78 ocasiones el umbral de información.
Para Ecologistas en Acción no pueden dejarse de lado estos dramáticos datos de salud cuando se aprueba una relajación de las medidas de limitación del tráfico. En lugar de una excepción generalizada al uso de coches sin etiqueta durante un año, sería mucho más razonable admitir excepciones puntuales (como por ejemplo 24 utilizaciones cada año de estos vehículos) para evitar que las personas que apenas usan su coche sin etiqueta compren uno nuevo.
Y aunque se afirma que muchas de estas excepciones se plantean para favorecer a las personas con menos recursos, no hay que olvidar que son precisamente éstas las que viven en barrios más contaminados y quienes menos posibilidades tienen de tener un automóvil.
Fuente: ecologistasenaccion.org