CGT no va a tolerar esta desgana y pasotismo de empresa y ministerio, por lo que va a promover, además de la jornada de paro del día 5, otra nueva jornada de paro de 23 horas para el día 20 de diciembre.
CGT convocó huelga para el próximo 5 de diciembre con tiempo suficiente para permitir el diálogo entre empresa y trabajadores, comunicando el paro con la necesaria antelación para que se pudiera dar un periodo de diálogo que desembocara en un acuerdo satisfactorio de las partes y evitar así un periodo de huelga que en definitiva, representa el fracaso de la negociación.
Ha pasado el tiempo y ni la empresa ni el Ministerio han trabajado nada ni generado ningún tipo de diálogo, manteniendo una postura inamovible, inconsciente e impropia de los más elementales principios en las relaciones laborales.
Ni para CGT ni los trabajadores, no valen las excusas ministeriales de periodo político en el que nos encontramos, pues a diario vemos como el máximo responsable del mismo (ministro) viaja, se reúne, toma y firma acuerdos. En definitiva, mantiene una actividad normal, lo que nos lleva a pensar que las empresas ferroviarias y la conflictividad presente le importa “tres pepinos”. Una actitud impropia de un cargo electo de carácter público.
Por su parte, la dirección de la empresa mantiene sus ritmos de trabajo, obviando también la conflictividad que tiene encima y que tiene la obligación de atajar con los elementos a su disposición.
CGT no va a tolerar esta desgana y pasotismo de empresa y ministerio, por lo que va a promover, además de la jornada de paro del día 5, otra nueva jornada de paro de 23 horas para el día 20 de diciembre.
No podemos quedarnos quietos en RENFE, cuando el futuro que pretenden es vender a l@s ferroviari@s y la empresa a precio de saldo, cuando siguen negándonos el derecho a la promoción interna integral, cuando limitan y recortan salarios mientras se obtienen beneficios millonarios, cuando nos conducen al desarraigo con el aumento de las permanencias en los puestos de trabajo, cuando la reducción de la jornada la aplican de acuerdo a criterios economicistas y no al cumplimiento de los objetivos de la ley en cuanto a conciliación familiar y laboral.
No podemos quedarnos quietos en ADIF, cuando el futuro que pretenden es vender a l@s ferroviari@s y la empresa a precio de saldo, cuando siguen privatizando todos los sectores productivos, cuando se incumplen de manera sistemática los acuerdos alcanzados, cuando los distintos planes de empleo no recogen las necesidades productivas reales.
Por éstas y otras muchas razones más, seguiremos demandando lo que en derecho y trabajo diario nos pertenece. Porque la razón de cada uno de nosotr@s tiene más valor que cualquier mayoría sindical.
Fuente: tercerainformacion.es