En marquesinas que confluyan dos o más líneas. Además, en enclaves de uso cotidiano
En un contexto urbano donde la movilidad se presenta como un derecho fundamental, la inclusión de tecnologías que faciliten el desplazamiento de las personas con discapacidad se ha convertido en una prioridad. En este sentido, la instalación de avisadores acústicos en las marquesinas de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid se erige como una necesidad urgente. Esta demanda cobra especial relevancia para las personas invidentes y las personas mayores, quienes a menudo enfrentan obstáculos significativos en su vida diaria.
La aplicación de la EMT, aunque ofrece información valiosa sobre horarios y rutas, no siempre funciona de manera óptima. Los usuarios han reportado numerosos errores en el sistema y dificultades para acceder a la información, lo que puede generar situaciones de ansiedad y desorientación, especialmente en individuos que no están familiarizados con la tecnología. Esta problemática se agrava entre el colectivo de personas mayores, quienes, en muchos casos, tienen limitaciones en el manejo de dispositivos móviles.
Ante esta situación, se ha alzado la voz de un grupo de ciudadanos que solicita la instalación de avisadores acústicos en las paradas donde confluyan al menos dos líneas de autobús. Lugares de Carabanchel como el centro comercial Isla Azul, la Avenida Nuestra Señora de Fátima, Concha Espina y Polideportivo Gallur se han identificado como puntos clave para implementar esta medida. Estos avisadores no solo facilitarían la identificación de las líneas de autobús, sino que también contribuirían a la autonomía y seguridad de los usuarios.
Sin embargo, la propuesta no termina aquí. La necesidad de una mayor accesibilidad se extiende a otros espacios de uso cotidiano para estas poblaciones. Se plantea la instalación de avisadores acústicos en entornos sensibles como en aquellas paradas próximas a centros escolares, hospitales, centros de salud, centros especiales de empleo, comisarías y centros de especialidades sanitarias. Estos lugares son frecuentados por personas que, debido a su condición, pueden necesitar asistencia adicional para moverse con seguridad.
El compromiso con la accesibilidad no solo es un imperativo social; es también un reflejo de una sociedad que busca el bienestar de todos sus ciudadanos. La inclusión de avisadores acústicos en las paradas de autobús en puntos estratégicos es una acción que demuestra que el entorno urbano puede y debe ser adaptado a las necesidades de todos.
Las instituciones y empresas involucradas en el transporte público tienen la responsabilidad de adoptar medidas que garanticen una movilidad efectiva y segura para todos. Es fundamental que las voces de las personas invidentes y mayores sean escuchadas, y que sus necesidades se integren en la planificación de políticas públicas.
La instalación de avisadores acústicos no solo es una cuestión de tecnología; es un paso hacia un sistema de transporte más inclusivo. En un mundo que avanza hacia la digitalización, la accesibilidad no puede quedar rezagada. Madrid tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo en este ámbito, demostrando que una ciudad inclusiva es una ciudad en la que todos pueden moverse, participar y contribuir. La solidaridad y la empatía deben ser los pilares sobre los que se construya un transporte público que realmente sirva a toda la población.
Fuente: David Fernández Rey