Parque de “Mesonero Romanos” un nuevo espacio verde en Carabanchel

Después de muchos años de espera, en breve, tendremos un nuevo espacio verde en Carabanchel Alto. Se trata del solar de la calle Guitarra esquina con Polvoranca, una zona degradada y abandonada durante muchos años de unos 1.300 m2 de superficie y que seguro va ser un punto de encuentro y reunión de pequeños y mayores.

En su día la promotora que edificó los pisos cedió el terreno al Ayuntamiento de Madrid a cambio que este se encargara de la construcción de un parque público para los vecinos. 17 años después se hace realidad.

Este solar dejado, descuidado, de uso y disfrute de perros y parking público, ha sido caballo de batalla de la AV. de Carabanchel Alto. En repetidas ocasiones se denunció, sin éxito, su estado en la Junta Municipal de Carabanchel, además se presentó un proyecto de zona jardinada en los presupuestos participativos del año 2017, pero fue desestimado por los técnicos municipales debido a un fallo administrativo del Ayuntamiento de Madrid.

¿POR QUÉ LLAMARLE PARQUE DE MESONERO ROMANOS?

Queremos rendir nuestro pequeño homenaje a los “Carabancheles Perdidos” y a sus “Quintas de Recreo”, que marcaron una época muy importante de la historia de Madrid y de España.

Fincas para el disfrute y la producción agrícola

Estos recintos eran un reflejo de la forma de vivir de la aristocracia en el viejo Madrid. Sus dueños buscaban un lugar de retiro y contemplación, fuera del núcleo urbano y cerca de la naturaleza, para practicar sus aficiones y descansar.

Las quintas se establecían fuera de la ciudad, en zonas de aire puro y con abundante agua, algo fundamental. Porque si hay algo que tienen todas ellas en común son sus impresionantes jardines, de gran extensión y riqueza, y la presencia en ellos de los llamados “caprichos”, pequeñas fantasías arquitectónicas y paisajísticas que respondían a distintos gustos en función de cada época. Y es que, en este tipo de quintas, el jardín llegó a tener más protagonismo que el propio palacete donde se alojaban los dueños.

Otra característica habitual de estas propiedades es que eran productivas, con amplias zonas reservadas para huertos e incluso para el ganado, lo que ayudaba a su mantenimiento. Asimismo, muchas de ellas contaban con sus propios cazaderos, ya que, en sus orígenes, las fincas abarcaban una mayor extensión de terreno, que se fue perdiendo conforme creció la ciudad en torno a ellas.

Por ejemplo el Palacio Larrinaga fue ocupado a principios de junio de 1834 por la reina Isabel II (1830-1904) y su corte, convirtiéndose en palacio regio. El lugar había sido recomendado por los médicos de la Casa Real como el más idóneo por su salubridad para acoger de manera apresurada a la familia real, tras haberse declarado la aparición, a comienzos de ese verano, de una epidemia de cólera en Madrid. Permanecieron en la posesión de Carabanchel Alto hasta el 30 de junio antes de su traslado, como todos los veranos, al Real Sitio de La Granja de San Ildefonso.

El Palacio de Eugenia de Montijo o de Miranda formaba parte de la Quinta de Miranda. Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia desde su matrimonio con Luis Napoleón en 1853,  realizó frecuentes viajes a España, en los cuales visita su querida quinta de Carabanchel.

palacio marques de salamanca
Pasa en Carabanchel

El origen de la Finca de Vista Alegre se debe fundamentalmente a cuatro grandes fincas: dos quintas de recreo y dos fábricas de jabón. Si bien, de entre ellas, destaca la finca con la casa de campo del que fuera médico de su majestad Higinio Antonio Llorente quien la configuró a partir de 1802. En 1832 la finca es comprada por la reina María Cristina de Borbón, cuarta esposa de Fernando VII, quien inmediatamente comenzaría su engrandecimiento, comprando fincas adyacentes hasta alcanzar 44 en 1836 y 50 hectáreas cercadas. Más tarde pasaría al Marqués de Salamanca.

En nuestro caso, en 1856 el célebre cronista de la villa de Madrid Ramón de Mesonero Romanos adquirió una propiedad en la antigua calle de la Cañada nº 27 (actual calle Joaquín Turina). Fue un escritor y periodista español, cuyos estudios históricos y  artículos de costumbres dedicados a la ciudad de Madrid le hicieron acreedor de los títulos de cronista y bibliotecario perpetuo de la villa.

La propiedad, de unos 2.000 metros cuadrados, constaba de una casa nueva de una planta que había construido el financiero Antonio Moreno y un jardín que estaba cerrado y lindaba con la calle de Polvoranca. Además de la entrada principal por la calle Cañada, existía otra en la misma vía y otra en la tapia del jardín. En el jardín había una noria y un estanque para el riego, dos pozos, una estufa y un parterre, así como ochenta árboles frutales. Es este jardín es donde va a estar ubicado nuestro parque.

Mesonero Romanos la uso como casa de recreo hasta 1862. En ella es probable que terminara su famosa obra El antiguo Madrid (1861), donde escribe sobre la quinta de los Cárdena y Zapata (a la postre la quinta de Eugenia de Montijo).

La ciudad de Madrid siempre ha reconocido la labor de sus personajes más célebres y con él no iba ser menos. Hay una calle que lleva su nombre y una placa entre Gran Vía y la calle Preciados, además de un busto homenaje al Curioso Parlante, pseudónimo con el que firmaba sus obras literarias.

calle y estatua mesonero romanos

Ahora donde estuvo su quinta tendremos un parque público y solicitaremos que a esta zona tan emblemática de Carabanchel Alto se le dé el nombre de:

parque de mesonero romanos

Hago mías unas reflexiones  de Miguel Andújar (arquitecto, formado en la ETSAM y colaborador de Carabanchel Historia y Patrimonio)

“Es lícito reivindicar para un barrio de la zona Sur unas mínimas muestras de respeto a sus vestigios, sus trazas y sus recuerdos”.

“Carabanchel solo puede construirse mejor si se mira a sí misma”.

“Hacer barrio es hacer memoria”

Hagamos memoria, miremos a nuestros vestigios y recuerdos, hagamos barrio.

Fuente: Fernando Luis Gómez Gavira, Ingeniero Técnico Forestal (UPM) en mesadelarbolcarabanchel.com

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