La rehabilitación estrella de Almeida en El Retiro despierta quejas y dudas por sus reiterados cierres al público

La sala de exposiciones de la recuperada Montaña de los Gatos ha permanecido clausurada durante varias jornadadas desde su apertura el pasado 26 de julio, sin que el Ayuntamiento de Madrid aclare los motivos

Las sonrisas y el buen ambiente eran la tónica habitual en el Gobierno municipal de Madrid el pasado 26 de julio, durante la inauguración de uno de sus proyectos de referencia en lo que a rehabilitación de patrimonio histórico se refiere: la recuperación 19 años después de su clausura de la Montaña Artificial del Parque del Retiro. Más conocida como la Montaña de los Gatos, este paraje se ubica junto a la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo. Ni la decepción electoral de solo tres días atrás, sobre la que el alcalde José Luis Martínez-Almeida tuvo que contestar no pocas preguntas, mermó el ambiente festivo ante el regreso de un enclave definido como “icónico” por el regidor.

Cuando no ha transcurrido un mes del acto oficial, varios vecinos ya han manifestado su disconformidad por los continuados cierres de la sala de exposiciones. “El cartel con el horario de la apertura de la Montaña Artificial sigue en su sitio, pero hoy estaba cerrada. Bastante gente en la puerta. Un grupito discutía sobre quién era el culpable, el alcalde no puede estar en todo, habrá un concejal, hombre, es tarea de medio ambiente…”, expresó en redes sociales la cuenta @ArteEnMadrid.

Como critican muchos usuarios en otras publicaciones y según ha comprobado Somos Madrid, el recinto ha permanecido clausurado al público en distintas jornadas a lo largo de agosto. Este fin de semana, sin embargo, la sala ha mantenido su actividad en el horario establecido por el consistorio: de 11.00 a 13.00 y de 18.00 a 20.00. Pese a ello, el viernes aún quedaban vestigios de las protestas por sus cierres. En la hoja que informa de dicho horario, pueden leerse escritas a mano las frases “no está abierta” y “¡deberían avisar!”.

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El portavoz adjunto de Más Madrid en el Ayuntamiento, Eduardo Rubiño, lamenta ante estos hechos que “la propaganda de Almeida cada vez caduca más pronto”. Y añade: “Es inexplicable que hace apenas tres semanas el alcalde inaugurase con toda pompa y solemnidad la reapertura de la Montaña de los Gatos y ahora este espacio vuelva a estar cerrado, en un mes como este, el de agosto, de especial atracción turística y en el que los vecinos y vecinas de Madrid que no están de vacaciones frecuentan este parque buscando refugiarse del calor”.

“Lo que no tiene sentido es anunciar a bombo y platillo que se reabre para, una vez concluida la breve exposición temporal que se montó, volver a echar el cierre”, declara el concejal, que califica lo ocurrido de “chapuza”. Según Rubiño “denota la absoluta falta de proyecto, de visión estratégica, de Almeida para la dinamización cultural de la ciudad, que necesita que se aprovechen todas las oportunidades y recursos que tiene a su mano para hacer partícipes a los madrileños de su historia y su patrimonio”. Concluye que “Madrid necesita menos titulares y escaparate y más rigor y compromiso”.

En cuanto a la responsabilidad en la gestión del recinto, pese a que muchas de las quejas y dudas apuntaban a la concejala-presidenta del distrito de Retiro, Andrea Levy, fuentes municipales confirman a Somos Madrid que “es un tema de Medio Ambiente”. Este medio ha tratado de contactar con el área que dirige Borja Carabante, aunque por el momento no ha obtenido respuesta.

La sala, que fue reabierta con una exposición sobre la historia de la Montaña de los Gatos y según el consistorio acogerá todo tipo de muestras en los próximos años, conforma un espacio abovedado de planta circular abierto. Cuenta con un óculo superior del que nacen cuatro galerías que discurren por el interior del cerro artificial. El primero de estos pasillos, dispuesto en el eje perpendicular a la calle O’Donnell, hace las veces de acceso. Los otros tres nacen desde el espacio interior y avanzan bajo la montaña en direcciones opuestas hacia los estanques del perímetro en busca de la caída de agua de las cascadas exteriores. Destacan sus túneles, que aunque no demasiado largos causan un efecto relajante ante la poca luz y el sonido de la cascada cayendo en el exterior.

Una reforma necesaria y prolongada

Es uno de los principales atractivos de este enclave rehabilitado, además de una cascada de la que no ha dejado de brotar agua desde su regreso a la estampa del Parque del Retiro el pasado 26 de julio. Fue en 2002 cuando el espacio abovedado interior de la montaña acogió su última exposición. Desde entonces no ha tenido ningún uso ni se ha permitido el acceso debido a los riesgos detectados en su seguridad. De hecho, en 2004 comenzaron a registrarse desprendimientos en su interior. Se cerró entonces la zona reservada a las exposiciones. Entre ese mismo año y 2005 se procedió al vallado de todo el conjunto.

Un estudio realizado por la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes llegó a la conclusión de que la instalación no era segura para el acceso del público. La razón estaba en unas filtraciones de agua que se producían en su interior. En coincidencia con el 150 aniversario del Retiro, se convocó en 2018 un concurso público para la rehabilitación del espacio. Este proceso quedó desierto hasta que en mayo del pasado año el Gobierno municipal autorizó en Junta de Gobierno un contrato para la ejecución de las obras, que arrancaron en octubre con una inversión de 2,1 millones de euros.

La cascada de la Montaña de los Gatos, en el Parque del Retiro / Somos Madrid

Esta montaña artificial fue levantada en el siglo XIX como fortín francés durante la Guerra de la Independencia. Posteriormente, el rey Fernando VII quiso apropiarse del espacio y reacondicionarlo. Fue concebida como un capricho de jardín de carácter arquitectónico, aunque el principal uso que se le dio hasta su cierre en 2004 fue el de sala de exposiciones.

La ría y el estanque que se encuentran a sus pies contaron en origen con peces y gansos, mientras que la parte superior de la cascada estaba coronada por la cabeza de un león de yeso. Esta construcción fue bautizada por los madrileños de la época de diferentes formas. Así, llegó la denominación de El tintero, por la forma que tenía vista desde lejos. O la de Los gatos, por las estatuas felinas que flanquean la cascada, pero también porque durante un tiempo era el lugar en el que la gente se deshacía de estas mascotas, convirtiéndose en hogar de los felinos callejeros. Este sobrenombre es el que mejor ha sobrevivido el paso del tiempo, junto a la denominación oficial de Montaña Artificial. Toca esperar para comprobar si este regreso no ha sido eso, una maniobra artificial, y la sala abovedada mantiene su apertura día tras día.

Fuente: Guillermo Hormigo en eldiario.es
Foto portada: La sala de exposiciones de la Montaña de los Gatos del Retiro en su reapertura el pasado 26 de julio, antes de permancer cerrada varios días a lo largo del último mes | Somos Madrid

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