La CAM está promoviendo la investigación regional para lograr una variedad de césped sostenible que requiera un menor consumo de agua y que sea adecuado para su uso en la jardinería pública. Con este motivo, el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), está desarrollando un proyecto que analiza diferentes variedades de praderas cespitosas con el objetivo de identificar una mezcla que requiera un 50% menos de agua que las que se emplean habitualmente.
El proyecto, cofinanciado por fondos de la Unión Europea, cuenta con una inversión regional de 164.980 euros durante un período de tres años. Comenzó en octubre del año pasado y sus primeros resultados arrojan ya un balance muy positivo en cuanto al ahorro hídrico. La Comunidad de Madrid cuenta actualmente con 5.600 hectáreas de parque con un riego medio de 6,8 l/m2 al día, lo que supone un consumo de aproximadamente 140.000.000 m3 al año. Según un trabajo presentado por el IMIDRA en el Congreso Internacional de Ingeniería de Proyectos AEIPRO, celebrado en Málaga el pasado julio, con la nueva mezcla de cespitosas podrían ahorrarse alrededor de 34.780.000 m3 al año si se aplicara la restricción hídrica durante todo el año y más de 10.000.000 m3 de agua solamente durante los tres meses de verano, en los que el consumo realizado por la población es mayor.
El ensayo que avala estos resultados se está realizando en una superficie de trabajo de 2.000 m2, situada dentro de las instalaciones que el IMIDRA tiene en el municipio de Alcalá de Henares. Este lugar es un buen indicador del clima en la zona centro peninsular, el área geográfica más extrema para el cultivo de céspedes en nuestra península por la escasez de recursos hídricos y la gran bajada de temperaturas durante los períodos invernales.
Condicionantes que marcan la elección de especies
En este estudio se han descartado los céspedes deportivos, que necesitan más mantenimiento, y se ha centrado la investigación en las superficies de céspedes para jardinería pública o privada, con menor necesidad de riego y de siega o tratamiento. El objetivo es identificar una mezcla viable que requiera un 50 % menos de agua que las mezclas comúnmente empleadas en praderas de césped y que a su vez demuestre un comportamiento aceptable en cuanto al mantenimiento de la superficie encespedada, el estado fitosanitario y sus características ornamentales y paisajísticas.
El ensayo se está realizando mediante la combinación de siete especies de gramíneas, de clima templado y de clima subtropical o mediterráneo árido, de las que han resultado once mezclas con las que se han cultivado las parcelas de pequeñas dimensiones pero con suficiente superficie para evaluar la viabilidad del ensayo. En estas parcelas se realizan tres regímenes hídricos distintos, con porcentajes del 100 %, 75 % y 50 % sobre las necesidades de agua para el cultivo, manteniendo en todas ellas una pluviometría similar mediante riego por aspersión.
Asimismo, se mantiene una parcela testigo en cada repetición formada por una mezcla de especies, representativa de las comúnmente empleadas en céspedes públicos y privados.
Durante los dos próximos años se completará la toma de datos y correspondiente valoración, para analizar la capacidad de formación y supervivencia de pradera estable, de modo que se pueda determinar la viabilidad de las nuevas especies de césped sostenible en la región madrileña y lograr el ahorro de agua pretendido. También, se utilizarán nuevas tecnologías de seguimiento, tales como drones y sensores de humedad, a fin de controlar los riegos efectuados y comprobar su impacto en el desarrollo de los cultivos.
Fuente: CAM