Descontento en el Paseo del Prado: Mejoras que no satisfacen a los residentes

Falta de repintado en pasos de cebra, paradas para personas de movilidad reducida, y carga y descarga. Además, mal estado de la carretera y aceras

El Ayuntamiento de Valdemoro ha iniciado trabajos de mejora este verano en el asfaltado del Paseo del Prado, una acción largamente esperada por los vecinos de la zona, quienes han expresado reiteradamente su preocupación por la seguridad y el estado de las infraestructuras. Sin embargo, a pesar de las promesas de un asfalto renovado, la insatisfacción entre los residentes es palpable.

Los trabajos realizados hasta ahora han consistido más en pequeños parcheados de socavones que en reparaciones exhaustivas, lo que ha generado un ambiente de frustración. “Los conductores de motos y coches tienen que sortear estos parches improvisados, lo que provoca discusiones con quienes salen de los garajes cercanos al número 2”, comenta una vecina que prefiere mantenerse en el anonimato. La falta de un asfaltado adecuado no solo impacta a los vehículos, sino que también incrementa los riesgos para los peatones que deben navegar un paisaje urbano lleno de obstáculos.

Uno de los puntos más críticos es la señalización vial. Durante las obras, pasos de cebra, líneas de delimitación y plazas reservadas han quedado sin repintar, lo que ha creado una confusión que pone en peligro tanto a conductores como a peatones. “En las horas de mayor circulación, es un verdadero desafío localizar dónde están las plazas de carga y descarga o las reservadas para personas con movilidad reducida”, añade un repartidor que trabaja en la zona. La situación se vuelve especialmente complicada al caer la noche, con la llegada del invierno y sus días más cortos, cuando recoger a los niños del colegio o volver a casa se transforma en una auténtica odisea.

A la problemática del asfalto se suma el estado de las aceras, donde el adoquinado presenta numerosas faltas y roturas que representan un peligro constante. “Ya hemos visto caer a varias personas debido a los bordillos desgastados”, relata un comerciante de la zona. Esta precariedad en las aceras no solo afecta a los peatones, sino que representa una barrera para personas con movilidad reducida. La accesibilidad es casi inexistente, con escalones altos y la falta de señales táctiles en los pasos de cebra que dificultan aún más la vida cotidiana de las personas invidentes.

Un aspecto que no pasa desapercibido es la crisis de los repartidores y mensajeros que, debido a la confusión generada por la falta de señalización, se ven obligados a aparcar en lugares inadecuados. “Llamamos a la policía local para reportar problemas de estacionamiento no autorizado, pero en muchas ocasiones no reciben respuesta. Esto afecta nuestro tiempo de entrega y, en consecuencia, a nuestra empresa”, explica un mensajero que, frustrado, pide una pronta solución. Asimismo, los comerciantes se ven igualmente perjudicados, complicando sus labores diarias.

La situación se agrava en las marquesinas del transporte público, donde la ausencia de señales acústicas para personas invidentes limita su autonomía al utilizar los autobuses municipales. “Es un desafío saber cuánto tiempo tenemos que esperar. A veces llego al centro de salud o a la escuela y no sé si perderé mi cita o si mis hijos llegarán a tiempo”, menciona una madre preocupada.

Los residentes del Paseo del Prado han alzado su voz ante lo que consideran una serie de deficiencias que deben ser abordadas con urgencia. A pesar de las promesas de mejora, urge un plan integral que contemple el repintado de la señalización, la restauración completa del asfalto, la adecuación de las aceras y la inclusión de elementos que garanticen la accesibilidad para todos. La seguridad y comodidad de los ciudadanos no debe ser una mera consideración posterior, sino una prioridad que debe impulsarse con acciones concretas y efectivas.

Fuente: David Fernández Rey

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