Residentes del entorno de Chamartín critican distintas molestias y documentan niveles sonoros que rebasan los umbrales permitidos, pese a que el club blanco instaló un “escudo acústico” y el Ayuntamiento anunció un refuerzo de los controles y las sanciones
La vida sigue igual en el entorno del Estadio Santiago Bernabéu después del verano. Es lo que denuncian vecinos de esta zona del distrito de Chamartín, que han arremetido en redes sociales contra las emisiones sonoras y las molestias ocasionadas por los conciertos de Romeo Santos el sábado 7 y el domingo 8 de septiembre. Luego el Ayuntamiento ha confirmado los hechos.
“Pero qué noche ilegal más estupenda se ha quedado…”, ironizaba a través de X (antes Twitter) la cuenta más activa en estas quejas, @RuidoBernabeu. Según publica en su perfil a través de una imagen, a las 21.16 registró 85,3 decibelios en su domicilio de la calle Rafael Salgado, junto al campo del Real Madrid. “Se confirma que la chapuza y la ilegalidad continúan”, criticaba más tarde.
La Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica y Térmica sitúa en 55 decibelios el límite establecido para ese horario (a partir de las 23.00 desciende a 45), con un margen de otros cinco más antes de que las emisiones sean sancionables. Por tanto, atendiendo al registro de este vecino, el concierto de Romeo Santos abría superado en más de 25 decibelios el máximo permitido antes de la aplicación de una multa.
Los incumplimientos sonoros han sido confirmados este lunes por la vicealcaldesa de Madrid, Inmaculada Sanz, quien admite que las actas que se han levantado durante el fin de semana siguen mostrando que “todavía no están en los límites que deben estar” y que , “todavía hay que seguir mejorando”.
“Lo que vamos a hacer es seguir exigiendo por supuesto al Real Madrid y a los promotores de esos conciertos que hay que cumplir la normativa de nuestras ordenanzas municipales, y por lo tanto que tendrán que tomar todas las medidas para que esa normativa se cumpla de manera tajante”, ha asegurado Sanz.
Después de las constantes quejas de los primeros conciertos, el Ayuntamiento que lidera José Luis Martínez-Almeida anunció en junio un refuerzo de los controles y las multas, además de limitar a 20 eventos de este tipo al año en el Bernabéu.
El propio Almeida restaba poco antes importancia a las quejas: “No nos consta que haya habido demasiadas incidencias, además de las llamadas de vecinos. Se han hecho mediciones y estamos esperando los resultados. Los conciertos acaban ahora a las 23.00, también se ha mejorado la movilidad, así como el servicio de limpieza. Tenemos que evaluar estas medidas. La prioridad son los vecinos y trabajamos en la solución para ellos”. El regidor considera que “los conciertos se están celebrando porque el estadio es apto, pero las molestias tienen que minimizarse lo máximo posible”.
Además de la promesa de una mayor vigilancia por parte del Consistorio, el propio Real Madrid emprendió una serie de acciones para tratar de mitigar los efectos de los conciertos, cuyos resultados todavía estaban por comprobar. Entre estas medidas destacaba la instalación de un “escudo acústico” en la visera de la cubierta (un espacio abierto que atraviesa la zona superior del estadio). Dicho escudo consiste en una lona para mejorar el aislamiento, pantallas que forman membranas de protección, cierres con material textil de alta atenuación, un vidrio laminado termoendurecido y puertas automáticas para formar cámaras de protección en los vomitorios.
Quejas más allá del ruido
No solo las molestias sonoras han despertado el recelo vecinal, sino que las protestas se dirigen también a los residuos y al ambiente en los aledaños del Bernabéu antes, durante y después de los conciertos. “Nos cuentan que en el estadio cierran los baños una hora antes de terminar los conciertos. Total, hay zonas verdes (que son de los vecinos) donde desahogarse…”, denuncia @RuidoBernabeu.
La afectación a la movilidad es otro de sus dardos: “Estampas que te dejan helado, un botellón en coche aparcado en sitio reservado para quien más lo necesita [personas con discapacidad]. ¿Esto no lo vigila el Ayuntamiento de Madrid? No es solo el ruido”.
Algunas personas han optado por mostrar directamente su descontento a través de redes sociales dirigiéndose a responsables políticos como la vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, o la concejala de Chamartín, Yolanda Estrada. “A la 1.30 sigue habiendo ruidos de camiones de limpieza que no deja dormir a nadie. Qué decir de la suciedad que genera los macroconciertos y el ruido. Solución de verdad a los vecinos ya”, reclamaba un usuario a Estrada.
Unas críticas a las que se ha sumado la oposición municipal. La portavoz socialista en el Consistorio, Reyes Maroto, opinaba este domingo en X que “las medidas del Gobierno de Almeida para controlar las molestias y el ruido en el Bernabéu no convencen ni a los asistentes ni a los vecinos”. Y concluye: “Cero sorpresas. Otra chapuza de Almeida”.
Fuente: Guillermo Hormigo en eldiario.es