Este cómic, publicado en España por Astiberri, nos sitúa a finales del siglo XX, en un mundo al borde de una nueva guerra, con Estados Unidos y la URSS en plena tensión

Al final del libro, en el epílogo que lo acompaña, Deniz Camp se pregunta si este cómic es una aventura bélica, ciencia ficción política, historia alternativa, diatriba antiimperialista o incluso una deconstrucción del superhéroe. Y es que no son pocas las definiciones que podríamos darle a 20th Century Men, escrito por Deniz Camp y dibujado por Stipan Morian.

Este cómic, publicado en España por Astiberri, nos sitúa a finales del siglo XX, en un mundo al borde de una nueva guerra, con Estados Unidos y la URSS en plena tensión. El gran protagonista se encuentra en el lado soviético: el mariscal Platonov, un soldado-cyborg enfundado en una descomunal armadura que lo hace invulnerable y letal en el campo de batalla. Lo conocemos en plena intervención en Afganistán, un país desgarrado por la guerra civil donde la URSS intenta imponer orden.
20th Century Men no es un cómic más. Exige un lector dispuesto a enfrentarse a sus virtudes y defectos con la misma paciencia
Pero 20th Century Men es, sobre todo, un cómic coral e inclasificable. Junto a Platonov aparecen soldados con superpoderes, enemigos despiadados y un presidente de Estados Unidos cruel y ególatra que inevitablemente recuerda a Trump. Y, en contraste, surge la otra gran protagonista: Azra, una mujer afgana que lucha por alcanzar la paz en un país desangrado por la violencia.
Con un guion ambicioso que no rehúye tocar temas tan incómodos como el patriotismo, el imperialismo o el negocio de la guerra, Camp ofrece una obra que pide una lectura pausada. No es un relato sencillo: aquí abundan las tramas cruzadas, los dilemas morales y las reflexiones sobre la naturaleza humana. Camp —conocido por trabajos como The Ultimates o Absolute Martian Manhunter— construye un relato fascinante para quienes buscan adentrarse en una ucronía bélica cargada de matices, donde la URSS no ocupa necesariamente el papel de villana absoluta.

El apartado gráfico de Stipan Morian resulta impresionante: detallado, visceral, realista y con una violencia cruda que no ahorra sangre ni dramatismo. Quizá, si peca de algo, 20th Century Men es de su exceso de retórica y solemnidad, que en ocasiones vuelve la lectura densa y farragosa. Entre conspiraciones políticas a escala mundial y dolorosas reflexiones sobre el coste humano de la guerra —no solo en vidas perdidas, sino también en salud mental—, la obra oscila entre lo brillante y lo pedante, entre lo lúcido y lo excesivo, rozando por momentos el letargo.
No cabe duda: 20th Century Men no es un cómic más. Exige un lector dispuesto a enfrentarse a sus virtudes y defectos con la misma paciencia. Quien busque únicamente un cómic de acción futurista saldrá decepcionado, aunque el mariscal Platonov sea poco menos que una máquina de guerra capaz de resistir una explosión nuclear. En cambio, quienes quieran reflexionar sobre los horrores de la guerra, la fragilidad del ser humano y los fantasmas del siglo XX, encontrarán aquí una obra exigente, incómoda y, al mismo tiempo, extraordinaria.

Fuente: Vicente I. Sánchez | @Snchez1Godotx en nuevatribuna.es