Las familias del colegio Dos de Mayo, en Malasaña, celebran su segundo ‘Martes por Palestina’ pidiendo paz ante el genocidio y respondiendo a lo que consideran un intento de “censura” por parte del Ayuntamiento de Madrid

“Estamos llenando la plaza de banderas palestinas para que si el Ayuntamiento las borra al menos nos deje limpia la calle”, comenta una vecina del barrio de Malasaña, en el centro de Madrid, mientras observa cómo sus hijos llenan de los colores verde, rojo, negro y blanco la popular plaza del Dos de Mayo.
El lugar es el mismo donde la semana pasada las familias del colegio público que da a la plaza, el Pi i Margall, pintaron con spray de tiza una gran bandera de Palestina, enseña que el Ayuntamiento se encargó de eliminar en menos de 24 horas. Para ello, el Gobierno de Almeida envió al Selur, un servicio de limpieza urgente que solo se utiliza en casos de acumulaciones excepcionales de suciedad.
La pintada era la primera acción de esta comunidad educativa dentro de los Martes por Palestina, una convocatoria para que los alumnos puedan mostrar su solidaridad por el genocidio que sufre este pueblo de Oriente Medio a manos de Israel. Las familias consideraron “desproporcionada” la reacción del consistorio ante el dibujo de los niños, pero de la indignación inicial se pasó a la planificación de su segundo martes, el de esta semana, al que se han unido más niños y adultos que en la primera convocatoria.
Esta vez los menores se emplearon a fondo por toda la plaza del Dos de Mayo, dibujando con tiza o pinturas decenas de banderas palestinas tanto delante de su colegio como por el suelo o por paredes llenas de grafitti, que el Ayuntamiento de Madrid no ha limpiado durante meses.



Los impulsores de la primera bandera explican que la semana pasada pensaron en una forma sencilla de expresar su apoyo a Palestina, para lo que trazaron la forma de su símbolo aprovechando las líneas de las baldosas en la plaza y compraron sprays de tiza en una tienda cercana, que entregaron a los niños para que completaran la tarea. Al día siguiente llegó el Selur y eliminó el dibujo con agua y productos químicos.
Pero la consecuencia del borrado fue contraria a la esperada por el consistorio, al multiplicar su visibilidad: tanto PSOE como Más Madrid protestaron por dedicar recursos públicos a hacer desaparecer un dibujo de tiza, mientras que el Ayuntamiento aseguraba haber actuado “a petición de un vecino” para “dar cumplimiento a la ordenanza municipal, como hace en todas las ocasiones”, indicó entonces la vicealcaldesa.

Este martes no solo hubo pintura en el suelo: la iniciativa de las familias se completaba con una instalación en la verja que rodea el monumento a Daoíz y Velarde, los héroes del Dos de Mayo. Un cartel invitaba a los paseantes de esta zona a dejar un mensaje de apoyo al pueblo palestino, en etiquetas con los mismos colores que llenaban la plaza.
La de Malasaña es solo una de las decenas de actividades propalestinas que se están llevando a cabo en centros educativos de la región, pese al veto de la Comunidad de Madrid a las banderas cuatricolores en el interior de colegios e institutos, así como actividades de apoyo a su población, por considerarlo algo “político” que debe estar fuera de las aulas. Pese a ello, los docentes están esquivando las prohibiciones con ideas originales como el de llevar pegatinas con el lema This is not a watermelon acompañados de una sandía. Exhibir esta fruta, que comparte los mismos colores que la bandera palestina, se ha convertido en una forma de evitar la censura impuesta desde el Gobierno regional. Lo hicieron hoy los profesores de un instituto de Chamberí.

Los gestos de este martes son los primeros de una semana en la que se prevén numerosas movilizaciones en Madrid a favor de la causa palestina, espoleadas por las prohibiciones de Comunidad y Ayuntamiento, cuyos gobernantes se niegan a condenar el genocidio. Este jueves hay convocada una huelga general de estudiantes a nivel estatal, que también se preparaba el martes por la tarde en la plaza del Dos de Mayo. Allí un grupo de alumnos del cercano instituto Lope de Vega acompañaba a los niños mientras pintan sus banderas. A la vez, los más mayores preparaban las pancartas que exhibirán durante su concentración.
“Queremos darle un sentido más político a la huelga, que no sea simplemente un día en el que se falta a clase y no se hace nada”, explica un portavoz del Frente por Palestina formado en el instituto. En su caso, también han convocado un paro para la tercera hora del viernes, acompañando los convocados entre el profesorado por la mayoría de sindicatos. “Llevamos haciendo trabajo por Palestina bastantes semanas, hemos hecho un par de despliegues de pancarta y sentadas”, cuenta. El apoyo en este centro a su movimiento es mayoritario: la votación para convocar el paro del viernes recibió el 88% de votos favorables en las clases. “El seguimiento es abrumador, está siendo muy bonito”, asegura el portavoz mientras sus compañeras avanzan con las letras de las pancartas.

La conversación gira al tema de la bandera borrada hace justo una semana: “Me parece una vergüenza, es hipócrita”, critica sobre la actitud del Ayuntamiento, recordando el “doble rasero” de las instituciones madrileñas por todas las actividades que tuvieron lugar en solidaridad con Ucrania durante el inicio de la invasión rusa. “Es un deber actuar en contra del genocidio, por una Palestina libre”, sostiene antes de ponerse a pintar más pancartas.
Fuente: Diego Casado en eldiario.es