La lucha contra la precariedad laboral y la defensa de nuestros derechos en el ámbito laboral, se encuentran entre las prioridades de la Asamblea Popular de Carabanchel, a través de su grupo de Autodefensa Laboral, ADELA.
Por esta razón, este año hemos celebrado las II Jornadas de Autodefensa Laboral, en esta ocasión centradas en la salud y seguridad en el trabajo. El objetivo es reflexionar sobre esta temática, adquirir conocimientos y herramientas para saber actuar ante situaciones en las que se vulneren nuestros derechos y se atente contra nuestra salud. Para ello, hemos organziado talleres formativos, mesa redonda sobre salud mental y trabajo, proyecciones de películas y coloquio relacionadas con esta temática y un concierto.
Durante la mañana del sábado, realizamos un taller de seguridad laboral. En él, estuvimos trabajando cuestiones como: ¿qué tipos de riesgos laborales existen? ¿qué derechos tenemos las trabajadoras en este ámbito? ¿qué hacer en caso de accidente o enfermedad profesional? Para ello, partimos de casos prácticos, que se trabajaron por grupos y se pusieron en común. A continuación, se expusieron conceptos básicos y se dieron algunas claves acerca de cómo actuar. Gracias a las aportaciones y preguntas de las participantes, se generó un estupendo clima de trabajo, que hizo posible desarrollar un taller muy interesante.
Cuando se habla de seguridad laboral, es habitual pensar en accidentes graves (caídas, accidentes con máquinas…) Sin embargo, y sin quitarle a esto ni un ápice de importancia, las trabajadoras estamos expuestas a muchos riesgos distintos. Pensemos, por ejemplo, en personas que trabajan haciendo movimientos repetitivos (como limpieza) y que como consecuencia sufren trastornos en sus músculos o huesos. Y es un derecho de toda trabajadora, y por tanto un deber de toda empresa, estar protegida frente a cualquier accidente o enfermedad laboral. Nadie debe sufrir un daño en su salud -y no digamos un accidente grave o con consecuencias fatales- por culpa de su trabajo. La empresa tiene que crear un ambiente de trabajo seguro, y proteger a las trabajadoras frente a riesgos que no pueda eliminar (por ejemplo, mediante gafas de seguridad u otros equipos de protección). Frente a esta obligación, no se pueden alegar razones de rentabilidad o productividad. En este sentido, es importante conocer nuestros derechos y las vías de actuación en caso de incumplimiento.
También es importante que las trabajadoras sepamos qué hacer en caso de accidentes o enfermedades derivadas del trabajo. En el taller, aprendimos a defendernos de determinadas prácticas empresariales o de las Mutuas, como podría ser el no reconocimiento del carácter profesional de nuestras dolencias.
En conclusión, en el taller se explicaron los conceptos fundamentales de la prevención de riesgos laborales y se trabajaron vías de actuación desde un punto de vista práctico. Todo ello con la idea de hacernos cada vez más conscientes de nuestro derecho a no sufrir problemas de salud como consecuencia del trabajo.
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Por la tarde estuvimos reflexionando juntas en torno a las consecuencias que el trabajo tiene para la salud mental y la posición que tomamos al respecto, tanto de manera individual como colectiva. Para ayudarnos a pensar desde su experiencia y posición al respecto contamos con Cristina Gatell, víctima de acoso laboral y autora del libro «Rellenando mis grietas con oro», Fátima de Orgullo Loco y Pedro Cuadrado, psiquiatra del Centro de Salud Mental (CSM) de Vallecas. Las invitadas comenzaron respondiendo al título «¿En qué nos convierte el trabajo? Yo, nosotras, las otras y lo otro» y continuaron con la exposición de sus experiencias. Cristina nos enseñó cuales son las diferencias entre el acoso y la explotación y nos contó lo experimentado en su proceso, la ausencia de acogida y acompañamiento por parte de su entorno y las dificultades que encontró en la institución. Fátima, en nombre de Orgullo Loco, expuso las relaciones que existen entre la patologización de nuestras vidas y la lógica de dominio capitalista que medicaliza sus síntomas. Por su parte, Pedro Cuadrado nos introdujo en una reflexión sobre el carácter positivo que pude tener el trabajo y la importancia de las relaciones interhumanas para gozar de una buena salud mental. Se hablaron muchas cosas más pero lo más interesante vino en el coloquio posterior. Algunas de las preguntas lanzadas por la dinamización fueron, aparte de la misma que daba nombre a la actividad, las que siguen: ¿tiene aspectos positivos el trabajo? ¿Qué podemos hacer como individuas para escuchar y acoger a las personas que atraviesan situaciones límite en el trabajo?¿Y desde los colectivos y organizaciones de barrio? A ellas se sumaron algunas otras espontáneas como ¿por qué la organización en torno al trabajo cuesta tanto? ¿Adónde acudimos cuando sufrimos psíquicamente en el trabajo? ¿Cual es la relación entre el acoso escolar y el laboral? ¿Potenciamos en nuestra sociedad la construcción del tipo social del abusón? Las respuestas fueron muchas y muy ricas, pero aunque todas veníamos de sitios muy distintos y teníamos algunas posturas encontradas pudimos sacar algunas conclusiones.
El trabajo asalariado capitalista nos sitúa en una posición de pasividad enajenándonos de nuestra propia actividad. Nos obliga a distanciarnos de nosotras mismas y eso facilita que actuemos de manera automática, a la deriva, soportando de manera mucho más fácil cualquier tipo de abuso hacia nosotras o hacia nuestras compañeras. Además, la precariedad inunda nuestras vidas de inseguridades y temores que no nos dejan reaccionar, muchas veces porque nos hacen creer incapaces, sumiéndonos en la depresión, y otras porque dependemos de nuestro trabajo para la supervivencia y la de nuestros familiares. Aunque la nueva ideología de empresa neoliberal pretenda ocultarlo bajo la relación laboral, hay siempre una relación de poder y esto tenemos que tenerlo claro a la hora de relacionarnos con las compañeras y de comprender su situación. En cuanto a las soluciones, se puso de relieve la emergencia de formas de trabajo anticapitalistas y en la necesidad de apoyarlas, al igual que en la importancia de intervenir desde la empatía, apelando a la humanidad que la lógica neoliberal elimina, para construir lazos solidarios basados en la comprensión y el amor hacia los otros que nos permitan construir una respuesta comunitaria al n neoliberalismo. No obstante, también se puso de relieve la necesidad de cambios legislativos y de intervención política. Como conclusión final podríamos decir que todas estuvimos de acuerdo en que contra la patologización de nuestras vidas y el sufrimiento psíquico lo mejor es el reconocimiento del dolor, la alegría en la tristeza y el apoyo mutuo.


En nuestros empleos sufrimos situaciones de violencia, en las que a veces es complicado defenderse, bien por miedo a perder el trabajo o bien por dificultades para organizarse con otras compañeras o compañeros. En nuestros empleos, no pocas veces, perdemos la vida. Yendo a trabajar, regresando a casa o durante nuestra jornada laboral. Los accidentes de trabajo se producen cada día. Y este hecho afecta tanto a nuestra salud física como emocional.
Durante estos días hemos abordado el tema de la salud y seguridad en el trabajo, y seguiremos tejiendo redes con otros colectivos de fuera y dentro del barrio con los que actuar conjuntamente desde nuestros puestos de trabajo y en Carabanchel, para apoyar y acompañar a cualquier persona que sufra una vulneración de sus derechos en su empleo.
Más información sobre el grupo de ADELA en: http://asambleadecarabanchel.org/adla/
Fuente: asambleadecarabanchel.org