Las multinacionales dejan de declarar 13.500 millones en España para hacerlo en paraísos fiscales

Pese a que tienen una parte de su negocio radicado en España, las multinacionales dejan de declarar en nuestro país unos 13.500 millones de euros al año que se van otros países con baja tributación o, directamente, a paraísos fiscales. Así lo concluye un estudio global de varios académicos, entre ellos Gabriel Zucman, que el viernes recibió el premio Bernácer al mejor economista joven de Europa, concedido por el Observatorio del BCE y con el apoyo del Banco de España.

Estas grandes compañías intentan abaratar el pago de impuestos haciendo uso de la ingeniería fiscal, demasiado permisiva en España y poco presente en los programas políticos de los partidos.

El Estado español pierde un 13% de la recaudación del impuesto de sociedades, unos 2.600 millones y Gabriel Zucman, profesor de Berkeley, discípulo de Thomas Piketty y uno de los economistas ahora más influyentes a sus 32 años, indica que la armonización fiscal es un camino para lograr parar esta sangría.

Zucman y compañía han estudiado los datos para ver cuántos beneficios se mueven desde donde se producen las ventas hacia países con una tributación baja o paraísos fiscales. Con cifras de 2016, concluyen que las multinacionales desplazan un 36% de sus ganancias a estas jurisdicciones. Entre ellas incluyen países como Irlanda, Puerto Rico, Luxemburgo, Singapur, Suiza u Holanda. En total se dejan de declarar en el territorio español unos 13.500 millones, de los que casi 11.000 millones se desvían a países europeos.

Las multinacionales lo hacen todo con la trampa del pago de royalties. La filial ubicada donde se desarrolla la actividad  traslada artificialmente los beneficios y se manipulan los precios de las compras intragrupo para llevarse la ganancia donde se tributa menos. Antes se solía hacer a través de préstamos entre filiales, cuyos intereses se abonan en el país de mayor tributación para obtener una deducción en la factura tributaria.

Si se examina la inversión real de estas empresas, su distribución por países ha permanecido igual en los últimos años. También el personal empleado por territorios. Pero lo que se han hundido son los beneficios declarados en aquellos lugares con tipos altos. Empresas como Google, Facebook o Nike apenas declaran beneficios en los registros públicos de estos países,

Zucman denuncia que cuando se cuestiona la manera en que se ha trasladado el beneficio a un país de baja tributación, las empresas lo pelean con sus abogados hasta el final. E impiden muchas veces que se obtenga la recaudación y subraya que, según Linkedin, hay unas 230.000 personas en todo el mundo trabajando en la industria de la planificación fiscal agresiva. Es necesario acabar con la ingeniería fiscal para acabar con estas malas prácticas, ya que no se puede confiar en la autogestión ética de estas empresas.

Estas prácticas distorsionan la competencia empresarial, reducen los ingresos de los países afectados y aumentan la desigualdad. El impuesto de sociedades se antoja hoy por hoy como la única forma de hacer que los ricos tengan una tributación mínima. . Fuente: contrainformacion.es

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