El proyecto de las torres de la Ermita del Santo va al pleno de Madrid con la oposición del barrio

Los vecinos de San Isidro acusan al Consistorio de simplemente cambiar las torres de sitio pero no modificar lo sustancial del “pelotazo” y se alían en sus protestas con el Sindicato de Inquilinos y las asociaciones de Puerta del Ángel

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El “pelotazo” de la Ermita del Santo encara la recta final para su aprobación. El lunes 22 de abril, la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid aprobó la versión final del plan para recalificar el espacio que ocupa el actual Centro Comercial La Ermita —cuyo recinto incluye el Teatro Goya, el centro comercial en sí y numerosos locales comerciales— para la construcción de viviendas y que incluye dos torres, una de las cuales antes tenía previstos 28 pisos y ahora 23.

El rechazo vecinal explícito y sostenido desde hace años denuncia una operación especulativa para beneficio del empresario venezolano Alberto Enrique Finol Gaulé, de 87 años e implicado en casos como los Paradise Papers o los Pandora Papers. Y, de hecho, ha provocado la alianza de la plataforma de vecinos contra el pelotazo de las torres de la Ermita con colectivos como el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid o la asociaciones del barrio colindante de Puerta del Ángel. Unidos contra un objetivo común: evitar que la especulación cruce la M-30.

En el caso de San Isidro, el martes que viene llegará al pleno la modificación puntual del PGOU para la creación del Área de Planeamiento Específico 10.24 “Paseo de la Ermita del Santo”, que convertirá en una única Unidad de Ejecución la parcela del actual centro comercial y los locales aledaños. Una operación retrasada durante casi una década, ya que arrancó con la adquisición de los terrenos por la promotora en 2012 y fue desestimado, en su momento, por el gobierno de Manuela Carmena.

El proyecto se retomó en 2019, con Ciudadanos al frente del Área de Urbanismo, y ahora se remata con Borja Carabante, del PP, como concejal del ramo. En esta última versión no se han incorporado ninguna de las alegaciones presentadas durante el proceso, pero el Ayuntamiento considera que se han resuelto las inquietudes de los vecinos.

Se ha reducido la edificabilidad en 6.200 metros cuadrados y se han añadido 2.000 de equipamientos sin especificar. La altura de la torres se ha reducido de 28 a 23 pisos

En concreto, frente al proyecto original se ha reducido la edificabilidad en 6.200 metros cuadrados y se han añadido 2.000 de equipamientos sin especificar. La altura de la torres se ha reducido de 28 a 23 pisos, aunque en el proyecto inicial solo una iba a tener esa altura, la otra se preveía de 21, y se ha cambiado la ubicación de al menos una de ellas, de estar frente al Paseo de la Ermita del Santo a hacerlo a la espalda del Cementerio de San Isidro, en el que se sitúa la Ermita de San Isidro, que da nombre al barrio y a la zona.

El nuevo plan se aprobó en la Comisión de Urbanismo con los votos al favor del PP, en contra de Más Madrid y PSOE y la abstención de Vox. La mayoría absoluta ‘popular’ hace previsible que se repita el mismo esquema en el pleno del próximo día 30. A partir de ahí deberá ser ratificado por la Comunidad de Madrid, otro paso que se intuye un mero trámite, en un plazo de cuatro meses, de manera que las obras podrían arrancar antes de 2025.

Pese a todos los cambios, el Área de Planeamiento 10.24 sigue previendo la creación de 584 viviendas, más zonas verdes y la conexión del entorno con Madrid Río y el parque Caramuel. El Ayuntamiento calcula que “la intervención de regeneración urbana” permitirá obtener casi un 70% de nuevo suelo público, “que ahora está en manos privadas”. La vivienda protegida prevista, además, sería del 29%, frente al mínimo legal del 10%, “la mayor parte, con precio limitado”.

El concejal [Borja Carabante] lo está vendiendo como una respuesta a nuestras demandas pero no se han reunido con nosotros ni han tenido en cuenta ninguna de las alegaciones”

El mismo lunes 22 de abril, los vecinos de la plataforma contra el plan se concentraron en una cacerolada apoyada por sus homólogos de Puerta del Ángel o el Sindicato de Inquilinos para mostrar su rechazo. Álvaro Domínguez, uno de sus portavoces, explicaba a El Salto que “el concejal lo está vendiendo como una respuesta a nuestras demandas pero no se han reunido con nosotros ni han tenido en cuenta ninguna de las alegaciones. Dicen que se ha escuchado a la gente por el revuelo que se ha levantado, pero solo quieren completar la jugada especulativa que llevan años intentando vender”.

Añaden desde la plataforma que “es un movimiento de supervivencia, para evitar el encarecimiento del barrio como hemos visto en otras zonas de Madrid. Esta zona es un caramelito, es hacia donde se está expandiendo la especulación. Compraron ese centro comercial para dejarlo morir, hacer esta recalificación, porque es eso aunque lo disfracen, y ganar con al revalorización. Todos esos equipamientos o zonas verdes previstos son la forma de venderlo, de que quede bonito”.

En su momento, Urbanismo calculó que la promoción y urbanización tendrían unos gastos de más de 154 millones de euros y se prevén unos ingresos de 191, de manera que el beneficio del promotor privado sería de 37 millones de euros, margen de beneficios sobre ingresos del 19,36% según el propio Ayuntamiento. El valor del suelo pasaría de 17,65 millones a 81,78, pero Urbanismo calcula que como sería privado un 25% de ese suelo, el incremento del valor para la propiedad sería de solo el 15,84% sobre el actual.

Alberto Enrique Finol Gaulé compró el centro comercial en 2012, tras finalizar las obras de soterramiento de la M30 y del parque de Madrid Río, cuando se revalorizó la zona

La promotora es la socimi (Sociedad Anónima Cotizada de Inversión Inmobiliaria) Desarrollos Ermita del Santo, que tiene su sede social en el mismo centro comercial con el que comparte nombre. El presidente y consejero delegado de la misma es el mencionado Alberto Enrique Finol Gaulé. Es propietario de Ibemetex, firma que es la principal inversora de la socimi con un 30%, y entre sus socios se cuentan otros empresarios de su país como Juan Guillermo Álamo, que ha propiciado desarrollos inmobiliarios similares en Barcelona. Finol compró el centro comercial precisamente en 2012, tras finalizar las obras de soterramiento de la M30 y del parque de Madrid Río, cuando se revalorizó la zona.

Los vecinos de la Plataforma No a las Torres estuvieron también en la manifestación del pasado 13 de abril convocada en la Plaza de Santa Cristina, en el vecino barrio de Puerta del Ángel. El objetivo, el mismo que diversas movilizaciones desde 2021, era Madlyn la  inmobiliaria con la que el fondo BWRE que desde 2018 ha adquirido más de 30 viviendas en un barrio que ve como poco a poco la especulación está disparando los precios en la zona.

BWRE, fundado en 2012 y con capital extranjero, cuenta con cientos de millones de euros invertidos en distintos activos inmobiliarios de la Comunidad de Madrid. Entre 2012 y 2016, este fondo fue uno de los protagonistas de la gentrificación del centro de Madrid, invirtiendo en más de 400 apartamentos en Malasaña, Chueca y Lavapiés. Desde San Isidro temen, precisamente, ver reproducido en poco tiempo lo visto en Puerta del Ángel, donde se calcula un incremento del 60% de los alquileres desde 2018.

Fuente: Jose A. Cano en elsaltodiario.com
Foto portada: Aspecto de la manifestación vecinal contra el pelotazo de la Ermita del Santo en febrero de 2023 | Manuel del Valle

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