Apuntes y diferencias sobre las protestas ultras en Ferraz

¿Hay un comportamiento diferente por parte de las autoridades contra estos manifestantes? La Delegación del Gobierno no proporciona información sobre la situación procesal de los detenidos

valladoFerraz

Era la decimocuarta noche de protestas de la ultraderecha frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid. El guion era prácticamente calcado al de jornadas anteriores: los grupos más ultras se colocaban en primera fila, frente a la Policía, y comenzaban a lanzar cosas. Petardos, bengalas y objetos contundentes como botellas de cristal que obligaban a los antidisturbios y a la prensa a colocarse sus cascos y otras medidas de protección para evitar daños. A través de un altavoz, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado alertaban: “Atención, les habla la Policía. No lancen objetos a la línea policial. Actuación inminente”.

El siguiente movimiento de los violentos era predecible: tirar las vallas. En otras ocasiones, ese había sido el detonante que daba comienzo a las cargas de los agentes. Esta vez, sin embargo, permanecían impertérritos, tranquilos, hablando entre ellos. Los radicales habían tirado al suelo el vallado completo, pero no se atrevían a traspasarlo y a enfrentarse cuerpo a cuerpo con la Policía, por lo que algunos de ellos volvían a levantar las propias vallas para colocarlas en su sitio.

Hasta tres veces sucedió lo mismo durante una especie de guerra psicológica inédita en días anteriores entre ultras y antidisturbios. El guion, finalmente, terminó como de costumbre: con cargas y dispersión de los manifestantes por las calles aledañas a Ferraz. Entre medias, golpes con la defensa, disparos al aire e incluso la quema de un contenedor que requirió de la actuación de los bomberos.

Los hechos, con variaciones, se han repetido en Ferraz desde el pasado 3 de noviembre. También el atrezo: banderas carlistas con la Cruz de Borgoña, otras con el águila franquista; tatuajes con las siglas AHTR, el acrónimo de “Adolf Hitler Tenía Razón”. Y la banda sonora: el Cara al sol, el himno de la División Azul… Una simbología que, por otra parte, incumple la Ley de Memoria Democrática.

Las protestas de la ultraderecha han dejado escenas que ya son virales, con los manifestantes reprendiendo a los policías por su comportamiento. “Pero si sois de los nuestros”, les espetaban sorprendidos algunos. La mayoría parecían poco acostumbrados a protestar en la calle, y, sobre todo, se mostraban descolocados al ver que “la Policía de Marlaska” no se unía a sus soflamas.

Era la decimocuarta noche de protestas de la ultraderecha frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid. El guion era prácticamente calcado al de jornadas anteriores: los grupos más ultras se colocaban en primera fila, frente a la Policía, y comenzaban a lanzar cosas. Petardos, bengalas y objetos contundentes como botellas de cristal que obligaban a los antidisturbios y a la prensa a colocarse sus cascos y otras medidas de protección para evitar daños. A través de un altavoz, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado alertaban: “Atención, les habla la Policía. No lancen objetos a la línea policial. Actuación inminente”.

El siguiente movimiento de los violentos era predecible: tirar las vallas. En otras ocasiones, ese había sido el detonante que daba comienzo a las cargas de los agentes. Esta vez, sin embargo, permanecían impertérritos, tranquilos, hablando entre ellos. Los radicales habían tirado al suelo el vallado completo, pero no se atrevían a traspasarlo y a enfrentarse cuerpo a cuerpo con la Policía, por lo que algunos de ellos volvían a levantar las propias vallas para colocarlas en su sitio.

Hasta tres veces sucedió lo mismo durante una especie de guerra psicológica inédita en días anteriores entre ultras y antidisturbios. El guion, finalmente, terminó como de costumbre: con cargas y dispersión de los manifestantes por las calles aledañas a Ferraz. Entre medias, golpes con la defensa, disparos al aire e incluso la quema de un contenedor que requirió de la actuación de los bomberos.

Los hechos, con variaciones, se han repetido en Ferraz desde el pasado 3 de noviembre. También el atrezo: banderas carlistas con la Cruz de Borgoña, otras con el águila franquista; tatuajes con las siglas AHTR, el acrónimo de “Adolf Hitler Tenía Razón”. Y la banda sonora: el Cara al sol, el himno de la División Azul… Una simbología que, por otra parte, incumple la Ley de Memoria Democrática.

Las protestas de la ultraderecha han dejado escenas que ya son virales, con los manifestantes reprendiendo a los policías por su comportamiento. “Pero si sois de los nuestros”, les espetaban sorprendidos algunos. La mayoría parecían poco acostumbrados a protestar en la calle, y, sobre todo, se mostraban descolocados al ver que “la Policía de Marlaska” no se unía a sus soflamas.

::Pasa en Carabanchel::

Este jueves, más de 20 días después de comenzar las protestas, han sido detenidos el delegado de Democracia Nacional, Pablo Lucini, y tres miembros más de ese movimiento neonazi, acusados de desórdenes públicos. Las manifestaciones de grupos ultras no comunicadas que se han celebrado entre el 3 y el 20 de noviembre (principalmente en Ferraz, pero también a las puertas del Congreso) se han saldado con más de 70 detenidos. La mayoría, por desórdenes públicos; el resto, por atentado contra la autoridad, resistencia y desobediencia, según las cifras proporcionadas por la Delegación del Gobierno.

La protesta más numerosa (de las que no han sido comunicadas) fue la del jueves 9 de noviembre, con 8.000 manifestantes. Los policías detuvieron a 24 personas, todas por desórdenes públicos. Además, ha habido 43 agentes heridos. ¿En qué quedarán todos estos cargos? Preguntada específicamente por ello, la Delegación del Gobierno no ha proporcionado información acerca de cuál es la situación procesal de los arrestados, ni de cómo (y por quién) fueron heridos los policías en estas protestas (en teoría) contra la ley de amnistía a los encausados por el procés.

¿Qué decían PP y Vox sobre las protestas por la sentencia del ‘procés’ y qué dicen ahora de Ferraz?

¿Hay un comportamiento diferente por parte de las autoridades contra estos manifestantes? Hay quien ve similitudes entre las concentraciones de estos días en Madrid y las que tuvieron lugar, sobre todo en Barcelona, tras la sentencia del procés del 14 de octubre de 2019, y que, cuatro años después, han hecho que el juez Manuel García-Castellón envíe al Tribunal Supremo la causa y pida que se investigue por terrorismo a Carles Puigdemont y a Marta Rovira (ERC).

Pero a tenor de lo que dijeron entonces y lo que dicen ahora los principales partidos de la derecha española, parecería que cualquier semejanza es pura coincidencia.

El entonces presidente del PP, Pablo Casado, lo calificó de “intolerable”, pidió a Pedro Sánchez que aplicara la Ley de Seguridad Nacional y repitió que se debería poner en marcha la ley de partidos e ilegalizar a los CDR (Comités de Defensa de la República).

De hecho, en la Asamblea de Madrid, PP, Vox y Ciudadanos instaron a la Unión Europea a que incluyera a los CDR en la lista de organizaciones criminales y terroristas. Mantuvieron silencio, sin embargo, cuando se le incautó una pistola a un militar de la Academia de Zaragoza en las protestas de Ferraz.

Nada que ver con los pronunciamientos que durante estos días están teniendo los dirigentes de estos partidos, que, de hecho, han creado con sus declaraciones un caldo de cultivo que se muestra ahora en las calles.

Los de Vox, directamente, forman parte de las protestas, en ellas se ha visto a Santiago Abascal, Javier Ortega Smith, al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo, o al líder de la formación de extrema derecha en Catalunya, Ignacio Garriga.

Y en el PP, la condena de Isabel Díaz Ayuso vino acompañada de la acusación al PSOE de “colar una dictadura por la puerta de atrás”. Desde la cúpula del partido han evitado condenar las protestas y han acusado al Gobierno de obligar a la Policía Nacional a tratar a los manifestantes como si fueran CDR.

Fuente: Dani Domínguez y Óscar F. Civieta en lamarea.com

Foto: La policía vigila el vallado frente a la sede del PSOE, en la calle Ferraz | Dani Domínguez

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