La federación europea Transport & Enviroment señala a la zona de bajas emisiones madrileña como la que más ha reducido la contaminación por dióxido de nitrógeno.
La federación europea Transport & Enviroment (T&E), de la que forman parte 60 organizaciones ecologistas y en defensa del transporte público de todo el continente —cuatro de ellas de ámbito español: Ecodes, Eco-Union, Ecologistas en Acción y la Associació per a la Promoció del Transport Públic— acaba de publicar un informe en el que ha estudiado las diferentes zonas de bajas emisiones (ZBE) existentes en las ciudades europeas. En él se destaca especialmente el caso de Madrid Central, que se expone como ejemplo de cómo estas áreas con tráfico limitado contribuyen decisivamente a la reducción de la polución en las ciudades.
“Una revisión de las evidencias existentes muestra que las ZBE actuales reducen la contaminación del aire”, señalan desde T&E, a lo que añaden: “La reducción más alta observada es una disminución de la concentración de dióxido de nitrógeno (NO2) en Madrid del 32%”.
Aunque el documento no analiza las razones del éxito de Madrid Central en concreto y se limita a comparar resultados numéricos, sí señala las medidas que debería tener una ZBE para lograr su objetivos, destacando el nivel de restricciones y el grado de cumplimiento de la medida, dos factores que para Ecologistas en Acción son la clave del éxito de Madrid Central.
“Madrid Central es una zona en la que solo los vehículos con etiqueta cero emisiones de la DGT pueden entrar y aparcar libremente, mientras existen restricciones para aparcar o transitar para el resto de los vehículos, salvo excepciones”, apuntan desde Ecologistas en Acción. “La mayoría de los vehículos diésel y gasolina no pueden aparcar en superficie en Madrid Central, lo que hace que sean muy pocos los que entren en esta zona. Puesto que es esta la principal fuente de emisiones contaminantes en esta zona de la ciudad, la mejora en la calidad del aire es notoria”.