Los veganos están cansados de escuchar estas preguntas

“¿Y no te aburres de comer siempre lo mismo?”. “¿Por qué no tomas leche si las vacas no sufren?”. Estas son algunas de las preguntas que se hacen una y otra vez a los veganos.

A continuación un resumen de las charlas con varios de ellos para que nos cuenten sobre algunos de los clichés más comunes y preguntas que están hartos de escuchar.

Son Tonia García, que vive en una aldea de Asturias, Brañanoveles (Mieres) de solo 11 habitantes; Álvaro Sánchez, uno de los creadores de la marca de ropa y complementos vegana La Bella Solera; Tamara Guerrero, responsable de la web sobre productos veganos en España El Jardín de Asami; Cris Muñoz, creadora de la web El universo de Cris; y David Román, que lleva décadas enfrentándose a estas preguntas como presidente de la Unión Vegetariana Española (UVE).

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1. ¿No te aburres comiendo siempre lo mismo?

Álvaro Sánchez: La gente se piensa que un vegano solo come lechuga. En mi caso comeré lechuga tres veces al año, si llega. La variedad de legumbres, cereales, hortalizas y vegetales en general es infinita. Y sus posibles combinaciones ya ni te cuento.

El problema que se suele encontrar la gente al cambiar a una dieta vegana es un paladar acostumbrado a sabores artificiales y salados. La curva de aprendizaje dura lo que tarda tu paladar en aprender a disfrutar de sabores naturales, de productos sin condimentos artificiales. Por eso la comida real les sabe “insípida”. Conseguir disfrutar de sabores reales es complicado en esta sociedad de comida procesada, pero es un placer.

Cris Muñoz: ¿Hay vida más allá de las ensaladas, amigos! Lo ideal es hacer platos completos que incluyan una base de cereales o legumbres, variedad de verduras crudas o cocinadas y grasas. Así que podemos preparar desde berenjenas rellenas de quinoa y champiñones con queso vegano por encima, pasta de lentejas con boloñesa vegana hecha con soja texturizada que simula la carne picada, revuelto de espárragos con tofu (en vez de huevo)… Además, hay todo tipo de sustitutivos tipo hamburguesas, pizzas, carnes vegetales y pollo, entre otros, así que no hay mucho aburrimiento.

2. ¿Y no te dan pena las plantas? También están vivas…

Tonia García: Aunque algunos estudios afirman que las plantas y hortalizas sienten algún tipo de dolor o son sensibles al daño, la realidad es que carecen de empatía, instinto maternal, sentimiento de protección a su especie… No sufren emocionalmente, cosa que sí que hacen los animales.

¿Cómo voy a comerme un ser que tiene madre, o siente miedo, o siente cariño, solo por egoísmo gustativo? Imposible.

3. ¿Por qué impones a tu hijo menor de edad una dieta vegana si no puede decidir?

David Román: Todos los padres inculcamos de forma inevitable a nuestros hijos nuestras convicciones, valores y principios. Sería pedir mucho a los veganos que no los criáramos así, cuando ocurre en el resto de hogares. Cuando sean mayores, aceptarán o rechazarán esos valores según su criterio personal, como pasa en todas las familias.

4. ¿Por qué no tomas leche si las vacas no sufren?

Tonia García: Se puede decir que sí sufren, sobre todo si tenemos en cuenta cómo son utilizadas las vacas, el destino de sus terneros y las lesiones cuando las ordeñan con artilugios mecánicos…

5. ¿No te sientes sin energía con lo que comes?

Álvaro Sánchez: Lo mejor suele ser responder con una pregunta, ¿tú, después de ponerte hasta las orejas de comilona, te sientes con energía? No, ¿verdad? Pues yo hace años que no me siento así.

No me siento con menos energía, me siento con mucha más. Mis primeros pasos con el veganismo fueron porque leí sobre la mejora en rendimiento de muchos deportistas de élite. Yo no soy deportista de élite pero sí que me encuentro mucho mejor física y mentalmente, con mucha más fuerza para entrenar y me recupero antes de los esfuerzos.

La energía extra fue el primer beneficio que noté al cambiar la alimentación. Combinar cereales y legumbres no solo ofrece proteínas completas, sino que ofrece también un abanico casi infinito de posibilidades. Ah, y además es más rápido que guisar un animal muerto.

6. ¿Y si estuvieras en una isla desierta y solo pudieras alimentarte de animales?

David Román: Aunque parezca increíble, esta pregunta la hacéis a menudo. Esto es llevar la situación a un caso extremo e irreal que nunca va a suceder. Vivimos en una sociedad con acceso a todo tipo de alimentos y, por fortuna, podemos elegir lo que consideremos más conveniente para nosotros.

7. ¿Un producto cosmético cruelty-free también es vegano? ¿Y viceversa?

Tamara Guerrero: No, cruelty-free (libre de crueldad animal) significa que ni el producto ni sus ingredientes han sido testados en animales. Vegano significa que el producto no contiene ingredientes de origen animal.

Un producto puede ser ambos (cruelty-free y vegano), o uno (cruelty-free, pero no vegano) o el otro (vegano, pero no cruelty-free).

Una empresa puede afirmar ser vegana, o sacar al mercado líneas de productos veganas, pero esto no significa necesariamente que los productos ni la marca en sí sean 100% cruelty-free. Aunque puede parecer extraño, una empresa que no utiliza ningún ingrediente de origen animal para fabricar sus productos, aún podrían experimentar en animales, tanto los productos finales como los ingredientes que los componen.
Fuente: ecoportal.net

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