Hay cuatro pozos milagrosos que tradicionalmente se han vinculado a San Isidro Labrador (1082-1172)
Museo de los Orígenes
Este museo tiene su sede en un palacio del siglo XVI, situado en la Plaza de San Andrés, en cuyo solar estuvo antiguamente una de las muchas casas que el linaje de los Vargas, uno de los más poderosos del Madrid medieval, tenía repartidas por la ciudad.
Se cree que San Isidro vivió en este lugar, como sirviente de esta influyente familia. De hecho la tradición localiza aquí el llamado milagro del pozo, gracias al cual el santo pudo salvar a su hijo de morir ahogado, haciendo subir las aguas hasta el brocal.
Lo milagroso es que el pozo haya llegado hasta nosotros. Se encuentra dentro del museo y tiene una profundidad de 27 metros, a los que hay añadir tres metros más de agua potable.
Ermita de Santa María la Antigua
Esta iglesia del siglo XIII, ubicada junto al cementerio de Carabanchel, guarda en su interior un pozo medieval, que fue descubierto en 1997, durante los trabajos de restauración llevados a cabo por la Comunidad de Madrid.
El depósito tiene una profundidad de 13,5 metros y está hecho en ladrillo, con el brocal de piedra. Se supone que a él acudía San Isidro para dar de beber a sus bueyes.
Santa María la Antigua se disputa con el Museo de los Orígenes la titularidad del milagro del pozo, aunque el templo ya va sobrado de este tipo de hechos extraordinarios, pues la creencia popular también sitúa aquí el milagro del lobo. Según éste, San Isidro consiguió librar a un burro del ataque de un lobo, encomendándose a Dios en oración.
Sea como sea, no cuadran las fechas. La iglesia fue construida al menos un siglo después de que el santo muriera, con lo cual, haciendo caso de la tradición, tendríamos que suponer que los milagros se produjeron a campo abierto o sobre una edificación primitiva.
En cualquier caso, no parece descabellado pensar que la iglesia se decidiera levantar sobre un pozo al que los fieles atribuían propiedades curativas y milagrosas.
Colegiata de San Isidro
Se dice que San Isidro fue zahorí antes que labrador. Y que, fruto de este oficio, fue la apertura de numerosos pozos por toda la ciudad y sus inmediaciones.
Uno de ellos pudo ser el depósito que actualmente se conserva bajo la Capilla de la Inmaculada, en la Real Colegiata de San Isidro, en la Calle de Toledo.
Fue construido para uso de la familia de los Vera, que, durante la Edad media, fue propietaria de una casa en el solar que hoy ocupa el templo.
Casa de Iván de Vargas
El pozo de la Casa de Iván de Vargas es, sin duda alguna, el de mayor valor artístico de todos los que se relacionan con el santo. Frente al aspecto rústico de los otros tres, éste tiene labrado en el brocal un relieve, donde se representa a San Isidro mediante rasgos esquemáticos, característicos de la Edad Media.
Se encuentra en uno de los dos patios del inmueble, que, como ya hemos señalado en otra ocasión, fue demolido en 2002 y reconstruido para ser habilitado como biblioteca municipal. Se trataba de un edificio renacentista, levantado sobre los restos de un caserón medieval, donde residía Iván de Vargas, patrono de San Isidro.
A pesar de las diferentes intervenciones arquitectónicas sufridas por la vivienda a lo largo del tiempo, el pozo ha sido respetado y conservado, debido a su directa vinculación con el santo.
De hecho siempre ha sido objeto de culto por parte de los madrileños, con las consiguientes molestias a los dueños de la casa, que consentían resignados el constante desfile de peregrinos por su propiedad.
Para evitar estos trastornos, en la década de los cincuenta del siglo XX, el Ayuntamiento de Madrid ideó un plan de acceso directo al pozo desde la calle, que no pudo llevarse a cabo, en el que se contemplaba la instalación de la portada gótica del Hospital de la Latina.
Lo ocurrido posteriormente ya lo conocemos. La Casa de Iván de Vargas quedó abandonada, ante el desinterés y la desidia municipal, hasta su arruinamiento y destrucción final.
Fuente: Esetena en pasionpormadrid.com
Foto portada: ‘El milagro del pozo’, de Alonso Cano (1648). Museo del Prado