Hartazgo en los barrios hacia Ayuso: “Tenemos que sacar la dignidad del sur a la calle”

  • Hablan activistas vecinales de Vallecas, Usera, Villaverde y Carabanchel
  • “Nos han dejado sin médicos, ¿cómo se va a combatir esto?”
  • “Nos están señalando como culpables de una situación que no hemos creado, que no han atendido y que no piensan atender”

Tenemos que sacar la dignidad del sur a la calle. No podemos quedarnos callados ante el agravio que significa aprovechar esta ocasión para meterse con nosotros”. Estas palabras de Víctor Renes, de la Asociación Vecinal de San Fermín, en Usera, muestra el hartazgo de los barrios del sur de Madrid con los actuales ejecutivos autonómicos y municipal de PP y Ciudadanos. La última, el anuncio de un “confinamiento selectivo” de las zonas más golpeadas por la pandemia. La penúltima, las palabras de Isabel Díaz Ayuso en el Debate del Estado de la Región relacionando “el modo de vida” de las personas migrantes en estos barrios con el aumento de la pandemia.

El desconcierto y la contradicción reinaba durante la jornada de ayer en el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso, desmintiéndose entre los distintos departamentos sobre cuáles serán los planes para intentar frenar la expansión de la covid-19. Suena a broma, si no fuera por lo que está en juego. Las asociaciones vecinales están cansadas por la gestión de la misma, la falta de recursos en las zonas populares y el señalamiento que, tanto desde las instituciones como desde algunos medios de comunicación, se viene haciendo de distritos como Vallecas, Usera, Villaverde o Carabanchel.

Desde la Asociación Vecinal Puente de Vallecas, Jorge Nacarino muestra su descontento tanto con la Comunidad de Madrid como con el Ayuntamiento de la capital. “Tenemos una gran falta de recursos en atención primaria, especialmente en los distritos más afectados”, describe, añadiendo: “También estamos esperando que Madrid Salud, dependiente del Ayuntamiento, se implique en la prevención de la covid-19 en los barrios más afectados”. Suma y sigue: “No sabemos qué recursos habitacionales hay para las personas que por su situación no puedan hacer un aislamiento en un domicilio”. “El Ayuntamiento, ni está ni se le espera y la Comunidad está teniendo una política bastante vergonzosa”, resume.

“Intentan culpabilizarnos a los ciudadanos y no responsabilizarse de la situación en la que está el centro de salud de San Fermín, como otros muchos, el caso del de Abrantes es el más grave, ya no tiene médicos”, comenta Renes. La situación de la atención primaria madrileña es objeto de crítica de usuarios y personal sanitario, que preparan protestas durante las próximas semanas contra el Ejecutivo autonómico y una huelga el 28 de este mes.

Elena Sigüenza, de la Asociación Vecinal de Comillas, en Carabanchel es también integrante del Consejo de Salud de este distrito madrileño, una voz cualificada para explicar cómo se encuentran los ambulatorios de la zona sur. “Llevamos diciendo mucho tiempo que somos los barrios más golpeados con el tema covid y los que peor estamos en atención primaria. Nos han dejado sin médicos, ¿cómo se va a combatir esto?”, se cuestionar, prosiguiendo: “No tenemos rastreadores, la atención primaria va al colapso, el Hospital Clínico está tardando entre 8 y 10 días en dar los resultados de las PCR porque no tienen reactivos…”. Y subraya la denuncia sobre la falta de medios en la atención primaria y cómo afecta a otras dolencias: “El covid-19 nos puede matar, pero también otras enfermedades crónicas que no se están atendiendo”.

También coincide con esta opinión Javier Cuenca, de la Asociación Vecinal La Incolora, de Villaverde Alto. “Hacemos hincapié en la cantidad de ambulatorios que están funcionando al mínimo por falta de personal. Nuestra reivindicación histórica es más ambulatorios, nuestros barrios han ido creciendo y seguimos teniendo la infraestructura de hace 20 o 30 años”, critica. En la misma línea se muestra Pedro Casas, de Carabanchel Alto: “Los medios de desinformación están culpando a la ciudadanía, pero, ¿informan de cómo están los centros de salud? Echar la culpa a la gente es muy fácil, pero los centros de salud están sin médicos, como el caso de Abrantes, el caso más grave, aunque también están desmantelados los demás”. Hoy hay otra concentración en la puerta del centro de salud de Abrantes reclamando médicos, la situación es extremadamente grave.

Renes, desde Usera, afea las palabras de Ayuso de esta semana en la Asamblea de Madrid sobre las “formas de vida” de la población migrante y de estos barrios y la propagación del coronavirus: “No tiene nada que ver con las formas de vida, sí con las condiciones de vida”. “Nos están señalando como culpables de una situación que no hemos creado, que no han atendido y que no piensan atender”, critica. ¿A qué se refiere con “condiciones de vida”?. “En el sur apenas hay trabajo, somos la mano de obra de las otras zonas de Madrid, por lo hay que salir a trabajar en transporte público”, describe. “Las condiciones de vivienda de mucha población del sur es pésima, tienen que vivir varias familias en una casa para poder salir adelante”, explica, comentando: “Esas son las condiciones de vida, es una historia de desigualdad, de fragmentaciones en la ciudad, el sur es la mano de obra”.

Nacarino, desde Puente de Vallecas comparte estas reflexiones. “Evidentemente en el sur es donde mayor incidencia hay, pero por razones económicas, no por el comportamiento individual: la gente vive más hacinada, hay menos espacio público, hay más trabajadores manuales por lo que hay más movilidad en transporte público”. Para este activista vecinal, las palabras de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, hablando de botellones en los barrios del sur, “es un insulto a la inteligencia”. “Que una minoría haga botellón no puede servir para señalar a todo el barrio”, se queja. “El sur de Madrid es el epicentro de la pandemia en toda Europa, no valen estos discursos simples”. Sobre la referencia de Ayuso a la inmigración, comenta: “La población migrante es la más vulnerable en todo el mundo, migra por condiciones económicas. No tiene que ver son su manera de vivir, sino con sus condiciones de vida”.

“Somos barrios con mucha población migrante con necesidades, no se pueden permitir el lujo de no ir a trabajar porque no comen”, explica Sigüenza, de la asociación de Comillas, quien continúa: “Luego todos queremos que nuestros abuelos y abuelas estén bien, quien les cuidan es la población migrante”. “¿Van a confinar a familias que comparten vivienda y viven hacinadas en pisos de 50 metros?”, se pregunta esta activista, quien cuenta cómo “los servicios sociales son otro desastre”: “Tuvimos que montar las redes de solidaridad para que la población migrante, que está fuera de recursos públicos, no se muriera de hambre”.

Desde Villaverde Alto, Cuenca se expresa en el mismo sentido: “La composición de nuestra gente nos hace que estemos más expuestos, el tipo de trabajo está relacionado con el sector servicios, no se puede teletrabajar, tenemos que utilizar el transporte público”. “Esto no puede servir de pretexto para señalar a ninguna cultura, como hacen las declaraciones de Ayuso, las personas migrantes son madrileñas de pleno derecho desde que decidieron establecerse en nuestros barrios”, comenta el de La Incolora. “Son inadmisibles los comentarios racistas y xenófobos que provocan enfrentamientos con la gente. Para hablar de comportamiento, que hablen del comportamiento de Núñez de Balboa”, se suma a las críticas Casas, desde Carabanchel Alto.

“Confinamientos selectivos”

Descontento generalizado ante la posibilidad de los “confinamientos selectivos” en estos barrios. Rabia por un señalamiento constante durante las últimas semanas desde instituciones y algunos medios de comunicación a estos barrios del sur de Madrid. Desde Vallecas, Nacarino advierte: “La medida va a generar un daño brutal a todas las personas que se encuentran en la economía sumergida, que tienen que elegir entre trabajar y comer”. También puede afectar gravemente a “sectores económicos como la hostelería del barrio, no sabemos qué va a pasar, cómo afectaría a los trabajadores”. “Son distritos donde los trabajadores son esenciales, sectores en los que no tienen la posibilidad de teletrabajar y la movilidad laboral seguirá existiendo”, considera.

Es difícil de imaginar cómo crearán fronteras dentro de la misma ciudad para estos “confinamientos selectivos”, que algunos ya llaman “confinamientos de clase”. “No tengo capacidad de ver cómo se puede hacer, pero tengo claro que puede afectar muy negativamente”, asegura Sigüenza, de Comillas. “¿Cómo se va a confinar? ¿Y los que van a trabajar, qué va a pasar?”, se pregunta. Desde Carabanchel Alto, Casas se hace las mismas preguntas: “Sería discriminatorio y muy difícil de gestionar, la gente se tiene que mover, la mayoría que vive en Carabanchel no trabaja en Carabanchel”. “Somos los barrios más golpeados, somos los barrios olvidados”, critica la activista de Comillas. “No me parece bien que pretendan enfrentar a unos barrios contra otros”, añade el de Carabanchel Alto. Fuente: Sato Díaz en cuartopoder.es

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