El carril bici del Paseo de la Castellana: lo bueno y lo malo de un proyecto que por fin ve la luz

Por fin empieza a asomar el carril bici de la Castellana: tras años de reivindicaciones, durante 2022 se construirá el primer tramo —de Plaza de Castilla a Nuevos Ministerios—, abriéndose a la circulación a finales de ese año o principios de 2023.

Ahora bien, según se haga, un carril bici puede ser desde una infraestructura cómoda y segura que fomente la movilidad cilcista hasta un despropósito que ralentiza a ciclistas y pone en peligro a peatones; así que hemos consultado los planos (gracias a @marco_aesp por compartirlos) para analizar todos los detalles.

Segregado y rebajado

El futuro carril bici estará segregado del tráfico, tanto del rodado (normalmente mediante una banda de aparcamiento) como del peatonal, discurriendo principalmente entre los bulevares peatonales y las calzadas laterales. En la mayor parte del trazado el espacio del nuevo carril es ahora ocupado por bandas de aparcamiento en diagonal, que pasarán a ser en batería.

La segregación da más seguridad, tanto al cilcista, que no ve su espacio invadido por otros usarios, como al peatón, pues no se le obliga a convivir con vehículos que pasan a poca distancia y a velocidades significativamente mayores. El ir rebajado, como las demás calzadas, ayuda a generar esa separación de espacios evitando conflictos.

Unidireccional excepto en las rotondas

El carril bici será, más bien, dos carriles bici: uno de subida y otro de bajada. Tendrán un ancho de 2 metros cada uno, que es lo suficientemente ancho para un ciclista pero puede resultar estrecho a la hora de adelantar, sobre todo teniendo en cuenta que el ciclista adelantado no ve venir al que le adelanta para poder hacerse a un lado.

En las dos rotondas del trazado —Lima y Cuzco— el carril pasa a ser de doble sentido (y 2,5 metros de ancho) rodeando sendas plazas. Por un lado, el doble sentido permite hacer solo un cuarto de rotonda a quienes giran a la izquierda. Sin embargo, el hecho de que el carril bici haga la vuelta completa en lugar de usar la línea recta (como hacen los coches y buses) implica que los ciclistas tendrán que esperar en más semáforos, ralentizando su marcha. Ahora bien, la línea recta también trae sus desventajas: podría ser menos segura, sobre todo con los giros, y probablemente exigiría modificar sustancialmente los flujos de tráfico de coches. Parece que el Ayuntamiento ha optado por no interferir demasiado con el espacio de nuestro amado coche.

En Plaza de Castilla, solo de bajada

El carril bici de subida no acaba en Plaza de Castilla, sino unos 400 metros más al sur junto al cruce con la calle Carlos Maurrás, seguramente para evitar la intersección del carril bici con la ‘salida’ que va de la sección central a la lateral antes del túnel de Plaza de Castilla.

En la plaza en sí, una enorme glorieta de seis carriles, tampoco habrá carril bici, ni siquiera para conectar con Mateo Inurria, Bravo Murillo o la Avenida de Asturias, a pesar de que en un principio el carril bici debía continuar hasta la estación de Chamartín. De nuevo, está claro que el objetivo del Ayuntamiento no era cambiar demasiado la fisionomía de la zona.

No solo bicis

Si bien el principal objetivo de la obra es mejorar la movilidad ciclista, también se verán beneficiados peatones y usuarios del autobús mediante mejoras simples pero efectivas, como pasos de cebra más anchos y carriles bus más rectos, además de un fresado y reasfaltado de todo el paseo.

Túnel de Agustín de Betancourt y Hermanos Pinzón

Cerca de Nuevos Ministerios, en sentido sur, desemboca un túnel procedente de las calles Agustín de Betancourt y Hermanos Pinzón. Actualmente esta salida es hacia la sección central del paseo, y para evitar que se cruce con el carril bus éste se redirige momentáneamente al lateral, que se estrecha de dos carriles a solo uno y suele ser punto de conflicto. Tras la obra, sin embargo, la salida del túnel será hacia el lateral, manteniendo este sus dos carriles y permitiendo que el carril bus siga recto.

Antes y después del entorno de Nuevos Ministerios, con los recorridos del carril bus (en morado) y del túnel (en naranja)

Cruce con Profesor Waksman

En el cruce del paseo con la calle Profesor Waksman se peatonalizará uno de los cuatro “brazos” de la rotonda, pasando a hacerse el giro hacia la calle San germán desde un carril dedicado junto al carril bus. También se crearán pasos de cebra en el bulevar, evitando que los peatones tengan que pasar por las aceras laterales.

Tránsfer en Plaza de Castilla

En Plaza de Castilla el lateral sentido sur pasará de tener cuatro carriles a dos, dedicándose ese espacio a ampliar la acera, y se eliminará el tránsfer hacia la sección central que hay a la altura de la calle Estébanez Calderón, creándose un nuevo carril a la izquierda del carril bus y evitando el cruce con éste.

En definitiva: el proyecto no es malo y se nota que se han cuidado muchos detalles (interacción mínima ciclista-peatón, buenas incorporaciones desde otras calles y creación de aparcabicis, por ejemplo), pero es un poco decepcionante que en un paseo de entre 90 y 100 metros de ancho vaya a ser difícil adelantar, algo que solo requeriría medio metro más por sentido, o que en la subida no llegue hasta Plaza de Castilla. Es un buen paso, pero podría ser un salto.

Fuente: Mateo Corral en ecomovilidad.net

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